lunes, 4 de abril de 2011

La Orden Franciscana Seglar (OFS) de Aranjuez

 
OFS de Aranjuez

La OFS de Aranjuez se fundó en el s.XX, y siempre estuvo ligada a la Iglesia y Convento de San Pascual.Veamos primeramente la historia de éstos.


 
Historia de la Iglesia de San Pascual y los franciscanos de Aranjuez
Siglo XVIII

El Monasterio de San Pascual (conocido antiguamente como San Pascual de los Gilitos) fue fundado por el Rey Carlos III el grande, construido a sus expensas y dirigido por el ingeniero D. Francisco Sabatini jefe de ingenieros y maestro mayor de palacio, auxiliado del teniente y facultativo italiano D. Luis Bernasconi. Comenzó a construirse, debido a la devoción que dicho Rey tuvo a la religión descalza de San Pedro de Alcántara y a su fundador San Francisco, el mes de Agosto 1765 y se concluyo dicha construcción a finales de Enero de 1770 bendiciéndose y diciendo la primera misa el día del Santo tutelar el 17 de Mayo, San Pascual Bailón. Don Juan Antonio Álvarez de Quindos y Baena, criado de S. M., el Monasterio de San Pascual, describió así la obra:
"La arquitectura de la fachada es de orden dórico con columnas y pilastras en el primer cuerpo, con frontispicio en el centro y un escudo de las armas Reales en el segundo cuerpo: a los lados dos torrecitas, en que están el reloj y las campanas, que hacen bella armonía.

En lo interior guarda el mismo orden y la figura de cruz latina con dos cuerpos y cuatro capillas. La mayor con su crucero y media naranja proporcionada. El altar mayor le adornan dos columnas y pilastras grandes, y sobre el arquitrabe la adoración de la Santa Cruz por dos querubines de estuco. En el centro un gran cuadro del Santo Tutelar, con marco de mármoles y bronces dorados, y el tabernáculo, gradas y mesa de altar de lo mismo. Alos lados en el mismo testero hay dos urnitas, también de mármoles y bronces, muy graciosas, en que están colocadas en grandes y ricos relicarios de cristal, con pedestal y engarce de plata, dos reliquias de San Pascual y San Diego de Alcalá.Los demás altares son igualmente de mármoles y bronces con marcos de yeseria. Las pinturas primeras que se pusieron fueron de mano de Don Josef Bautista Trepolo,(Tiépolo) pintor de cámara, admirado de los profesores por el nuevo camino y gran capricho de sus pinturas. Mando su Majestad se quitaran, colocándolas en los tránsitos del convento, y se pusieron en el altar mayor el admirable cuadro de San Pascual, obra del incomparable Don Antonio Rafael Mengs y en el colateral del lado del evangelio una Concepción de mano de Don Francisco Bayeu. En el de la epístola otro lienzo de San Francisco en el rapto de la impresión de las llagas de nuestro Redentor, y en los demás altares San Josef, San Pedro de Alcántara y San Antonio de Padua, obras de Don Mariano Maella, pintor de cámara. En otro altar se puso un santísimo Cristo de más de una vara de alto, de marfil, bien executado, con cruz y peana preciosísimas, que había regalado al rey el Sumo Pontífice. A la parte del mediodía está el convento de sólida fábrica de bóveda con rosca de ladrillo, sin más madera que las puertas, ventanas y armadura. Los claustros alto y baxo son capaces, con un bello patio en el centro: todas las oficinas cómodas y proporcionadas, dirigidas por dos religiosos que corrieron con la obra; y no tienen mayor amplitud los dormitorios por no permitirlo su regla: los del piso principal para la comunidad de la casa, (En dicho convento se establecieron, en las celdas altas, la comunidad de descalzos de San Gili compuesta de 22 sacerdotes, 2 coristas y 4 legos, presididos por Fray Luis de Consuegra, último confesor de Carlos III, y en las celdas bajas los Religiosos de San Buenaventura de Ocaña) y los del baxo para la de San Buenaventura de Ocaña, del mismo orden, que asisten en el Sitio las jornadas de S. M. En el refectorio hay un buen cuadro de la última cena de nuestro salvador, pintura de Don Mariano Maella y en los ángulos del claustro baxo cuatro grandes y maravillosos de Don Francisco Bayeu, que representan la Anunciación de nuestra Señora, el nacimiento del Señor, su ascensión a los cielos, y la venida del Espíritu Santo. También es de la misma mano una nuestra Señora con su santísimo Hijo en los brazos, colocada en el antepecho del coro. Por parte del medio día y oriente circunda al convento una huerta, jardín y bosque con todo género de árboles frutales, laureles, pinos, cipreses, olivas, parra y otros." (Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez).
Tiépolo: En cuanto a Tiépolo,sus principales trabajos en la capital española son los frescos del Palacio Real, entre los que destacan los del Salón del Trono y una serie de cuadros para el altar de la iglesia de San Pascual de Aranjuez

Inmaculada Concepción
Fue elaborada para uno de los altares laterales de la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez. El encargo, realizado tras finalizar la decoración de los techos del Palacio Real, constaba de siete lienzos, entre los que destacan también San Pascual Bailón y San Antonio de Padua. Sigue las pautas del Barroco italiano de finales del siglo XVIII. La Virgen se sitúa en el centro, sobre la bola del mundo, pisando la serpiente que simboliza el mal. A su alrededor, aparecen ángeles y querubines y, en la parte superior, está la paloma del Espíritu Santo. El estudio de la luz y el tono sepia dan al cuadro sensación de sobrenaturalidad.Actualmente en el Museo del Prado



San Pascual Bailón
Formaba parte del lienzo que decoraba el altar mayor de la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez, en concreto, la zona baja. Representa la visión que tuvo San Pascual del ángel. El santo aparece arrodillado, con el hábito franciscano y con la cabeza levantada hacia el ángel. En la actualidad, nosotros no vemos al ángel porque el cuadro fue dividido en dos partes. Tiépolo muestra al santo con gesto medio incrédulo, medio convencido de lo que ve y se centra en los detalles, en el cordón, la medalla con el crucifijo o los pliegues del hábito. Todo ello realizado con gran precisión de dibujo.Actualmente se encuentra en el Museo del Prado. En San Pascual, se encuentra una obra de Mengs representando también a San Pascual.

 
San Francisco

Fue pintado también para la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez. San Francisco está recibiendo los estigmas y eleva su mirada hacia Dios en actitud de agradecimiento. El fondo está compuesto por nubes y los tonos empleados muestran la riqueza cromática Tiépolo y enfatizan el dibujo.También en el Museo del Prado


Las banderas americanas
Poco después de esto tuvo lugar un suceso muy poco conocido relacionado con el convento de San Pascual: En la guerra contra los ingleses , en territorios americanos, en 1781, tuvo lugar lo que a continuación se describe:
"Campaña de 1781: Supuso la victoria definitiva de Galvez, al tomar Pensacola, logrando con ello el dominio de toda la Florida, lo que supuso un notable apoyo para los independentistas norteamericanos. La guarnición inglesa de Pensacola y sus fuertes estaba mandada por D,. Pedro Chester, Capitán General y Gobernador de West Florida, secundado por D. Juan Campbell, Comandante de las tropas del mismo territorio, y contaba con unos 1400 hombres, pertenecientes al 16º Rgto. inglés (destinado en el reducto de la Reina), el 60º inglés (en el reducto de Gales), el 3 er. Rgto. alemán de Waldeck, los Rgtos. de Realistas de Pensilvania y Maryland, los West Florida Royal Forresters1, la Royal Artillery, los Dragones de Maryland, y unos 950 indios grigs, negros, civiles armados y marinos de los buques HMS Mentor y Port Royal . La ceremonia de la rendición es así descrita por el mismo Bernardo de Galvez: "el 10 (10-V-1781) a las 3 de la tarde se formaron a 500 varas del fuerte Jorge 6 cias. de granaderos y las de cazadores de la Brigada francesa, a cuya distancia salió el General con su tropa y después de haber entregado las banderas del Regimiento Waldeck, y una de artillería, con las ceremonias acostumbradas rindieron sus armas". Por otra parte el Mariscal de Campo Juan Manuel Cagigal, comisionado por D. Bernardo, ocupó las Bahamas por capitulación, en Nassau de Nueva Providencia (8-V-1782), del Gobernador Maxwel con sus 299 soldados, veteranos y de milicias Mientras , su padre, D. Matías de Gálvez, Gobernador y Capitán General de Guatemala, había obtenido también importantes triunfos sobre los ingleses en Guatemala, Nicaragua y Honduras: reconquistando el castillo de San Fernando de Omoa (28-XI-1779), combatiendo en el Río San Juan de Nicaragua y tomando la isla de Roatán (16-III-1782). Las banderas tomadas en esta última acción fueron enviadas por Don Matías a su hermano D. José, Ministro de la Guerra , a bordo de la balandra Santísima Trinidad, que partió hacia España el 21 de Abril; el mismo D. Matías escribía a este respecto: "llevan los edecanes, tres banderas de las seis que se tomaron en Roatán, y no van todas por estar las otras rotas y desechas.." Ese mismo mes tomó D. Matías los fuertes de "Que-Priba" el 30 de Marzo, y el de "Criba o Phithe" el 1 de Abril, logrando así la expulsión de los ingleses de la región de Río Tinto. Los Trofeos de todas estas campañas "americanas"- a excepción de la bandera que ahora nos ocupa - tras pasar por la aduana de Sevilla fueron entregados a "la Mesa de la Guerra", en 1783, para que realizase su reparto. Los trofeos fueron distribuidos en 4 cajones de madera sellados con las armas Reales y destinados respectivamente a la
iglesia de San Pascual de los Gilitos, de Aranjuez (Madrid), al Templo del Pilar (Zaragoza), a la capilla Real de la catedral de Sevilla y a la catedral de Santiago. El de los "Gilitos" contenía "banderas y estandartes" (¿dos de cada?) y fue entregado al superior del Convento en 1784, no siendo colocados en la iglesia hasta 1786.
¿Dónde habrán ido a parar estos trofeos?

Siglo XIX
Trascripción de unas normativas para la comunidad descalzos de San Francisco según narra Juan Antonio Álvarez de Quindos y Baena en su obra: Descripción Histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez (1804) "Todos sus sacrificios y oraciones, a excepción de las obligaciones de la Orden y de sus hermanos, se han de aplicar por sufragio del fundador y por la salud y aciertos de S.M. reinante, sin que puedan salir a predicar ni celebrar misa fuera de su casa, ni tomar limosna de particulares. Han de asistir a decir misa los días de precepto a los oratorios de estos bosques que el Gobernador les señale. Ha de haber siempre un religioso señalado para agonizante, que salga a socorrer a los fieles, y los confesores tengan continua asistencia al confesionario. Para firmeza y perpetuidad de estas condiciones se otorgo escritura solemne por el Gobernador Don Francisco Pascual de Bonanza y el Capítulo provincial de la Orden ante el escribano de esta Gobernación Jacinto López de Lillo, en Aranjuez a 26 de Agosto de 1770...". Como ya hemos visto, en la narración de D. Juan Antonio Álvarez, los Franciscanos se establecieron en el piso principal, dejando las celdas del claustro bajo para los religiosos de San Buenaventura de Ocaña que asisten en el Sitio las jornadas de su Majestad. Posteriormente se aumento el número de religiosos, instalándose una cátedra de gramática latina y escuela de niños, en los años 1818 y 1825. En 1836 tuvo lugar su desahucio por la extinción de las comunidades religiosas y como consecuencia, cerrado su templo al culto público. Se volvió a abrir en 1845, con un rector y dos capellanes, devolviéndose además las ropas, librería y algunas alhajas que habían sido trasladadas a Palacio. Así mismo fueron devueltas las reliquias de San Pascual y San Diego de Alcalá, que desde la inauguración se habían colocado en las hornacinas del Presbiterio. En el año 1852 los reyes dieron permiso para que se estableciese en dicho convento la comunidad de misioneros Franciscanos Descalzos de San Gregorio; pero con motivo de la revolución de 1854 lo abandonaron el 5 de Agosto de dicho año trasladándose a uno de su propiedad situado en Pastrana. Siguió la iglesia abierta al culto público, sosteniendo su culto dos capellanes de este Real Sitio, hasta el 17 de Abril de 1857 en que por concesión de los Reyes y orden del Cardenal Arzobispo de Toledo, se traslado al convento la Comunidad de Concepcionistas Franciscanas de Torrelaguna.Las Concepcionistas Franciscanas celebraron en 2007 el 150 aniversario de su establecimiento en este convento. La fundadora de las Concepcionistas fue Santa Beatriz de Silva.
Se narra, en la información facilitada por la Madre Sacramento, "para historiar más extensamente el establecimiento de dicha Comunidad Religiosa en este Real Sitio de Aranjuez, nos remontaremos al nacimiento de la Venerable Madre que la presidía y que en nombre de ella aceptó la donación que magnánimamente le hizo S.M. Isabel II. El 27 de Abril del año 1811, D. Diego de Quiroga y Valcárcel huía de Madrid para salvar de la invasión francesa intereses del Real Palacio que, en razón de su cargo, guardaba. Precediéndole separadamente, para mayor seguridad de sus vidas, huía también su esposa doña Dolores Capopardo de Castillo, la cual se hallaba en cinta. Al llegar al Pinar en San Clemente de la Mancha, sintió doña Dolores los síntomas del alumbramiento y, sin poderlo evitar, allí mismo dio a luz una hermosísima niña. Embargado su ánimo por el temor que motivaba la huída, abandonó ante la nieve el fruto de sus entrañas, pedazo nobilísimo de su corazón. Transcurridos tres días, pasó por el mismo sitio D. Diego, quien oyéndose llamar con el dulce nombre de padre, sospecho lo ocurrido, bajose del caballo, contempló a la recién nacida y reconociéndola por hija, la tomo en sus brazos y acariciándola con ternura, imprimió en su frente el primer beso de su amor. Cargó enseguida con su rico tesoro y dando gracias a Dios, llegose con él al pueblo inmediato de Valdeganga (Cuenca), donde avisada la abuelita materna fue bautizada esta angelical criatura por el reverendo padre Francisco Montoro, imponiéndosele el nombre de Maria Josefa Dolores Anastasia. Nombre que, al ingresar en religión a sus diecinueve años, en la Comunidad de Religiosas Concepcionista Franciscana en Madrid, el 19 de enero de 1829, cambió por el de Sor María Rafaela de los Dolores y Patrocinio. Circunstancias no comunes acompañaron el nacimiento de esta niña que, andando el tiempo, habría de llenar con su fama, el agitado siglo XIX, merced a sus virtudes y a las gracias extraordinarias que Dios la concedió. Unos la veneraban como a santa, y otros (los enemigos de Dios) la vilipendiaban y calumniaban, haciéndola blanco y objeto de crueles persecuciones y destierros. Todo lo sufría esta "mujer fuerte" con una mansedumbre a toda prueba, sin más norte que la voluntad de Dios manifestada a través de su Prelado y alentada con la compañía de la imagencita de Nuestra Señora del Olvido Triunfo y Misericordias que la acompaño a todas partes. Esta mujer varonil para las batallas de Dios, dulce y mansa en cambio para con todos, incluso con sus mismos perseguidores, cuya animadversión se convirtió muchas veces en admiración y respeto al tener la suerte de tratarla. Para sus Madres, Hermanas y después hijas queridísimas fue corazón desbordante de amor y espejo preclaro de todas las virtudes. Sufrió varios destierros, decretados por el gobierno, merced a las nobles calumnias de que era objeto. Otras tantas veces fue incorporada a su querida comunidad de Caballero de Gracia (hoy Blasco de Garay), Madrid, donde primero como súbdita y después como Prelada, se la amaba y veneraba por su santidad. En este convento recibió la impresión de las llagas, en los primeros años de su vida religiosa. Estando desterrada en Benavente (Zamora), el gobierno dio una orden mandando cerrar los conventos que no contasen con doce religiosas como mínimo. En el convento de Concepcionistas de Torrelaguna, solo habían quedado tres religiosas entonces el Cardenal de Toledo, bajo cuya jurisdicción estaba también Madrid, decidió reformar esta comunidad con monjas de la Madre Patrocinio. Así se lo propuso en su destierro y ella, anhelando vivir alejada de la Corte, a pesar de conocer la pobreza e incomodidades de este Convento por haber estado desterrada en él, acepto inmediatamente la propuesta, renuncio a su cargo de Abadesa en Caballero de Gracia y con diez religiosas más de su monasterio, se traslado a Torrelaguna (Madrid). Vivian las religiosas en este "Portalico de Belén", como llamaba la sierva de Dios a este monasterio, en medio de la más absoluta pobreza, con privaciones sin cuento, pero con desbordante paz y alegría, en torno a su amada Madre Patrocinio a la que amaban con intensa ternura y de la que, todas sin excepción, se sentían igualmente amadas. Permitió Dios que fuesen visitadas en Torrelaguna las religiosas, por el Presidente del Gobierno de S. M. Isabel II, que en otro tiempo decretó el destierro de nuestra Venerable Madre, y al ver a la "temida" monja en aquel ambiente de austeridad y auténtica pobreza, y a sus hijas plenamente felices en torno a ella a pesar del mal acondicionamiento del convento y privaciones de todo género que debían imponerse. Visto esto, repito, por uno de sus más encarnizados enemigos, convirtió en admiración, veneración y respeto, el odio que antes había albergado en su corazón hacia esta inocente víctima. Él mismo informó a la Reina del mal estado en que vivían Sor Patrocinio y sus monjas. Merced a esta información, Isabel II resolvió, de acuerdo con su gobierno, trasladarlas a otro punto, y para ello eligió S. M. el convento de San Pascual de Aranjuez. Se sigue narrando, en la información facilitada por la Madre Sacramento, : "Nos ha parecido dar a conocer algo de un alma tan grande, gloria de nuestra Orden Concepcionista, conocida en el siglo pasado por "la monja de las llagas" , antes de entrar de lleno en la historia de la fundación, o más bien, del establecimiento de nuestra Comunidad de este Real Convento de San Pascual". Continuando diremos que escribió la Reina una cariñosísima carta a la sierva de Dios manifestando su deseo de que saliera de Torrelaguna y ofreciéndole el expresado convento de San Pascual. Ella, aunque agradecida, rehusó el real ofrecimiento suplicando la dejasen tranquila en su retiro de Torrelaguna. Insistió S. M. diciendo que era su voluntad y que quería hacer ese obsequio al Señor y a la Santísima Virgen del Olvido Triunfo y Misericordia. Ante tan generoso y piadoso ofrecimiento la Venerable Madre no tuvo más remedio que rendirse, aceptando agradecida lo que la providencia divina, por medio de la magnificencia de SS. MM. Se dignaba ofrecerle. Hicieron los Augustos Monarcas donación del Real Convento, con escritura pública y con todas las formalidades que requería el caso, con la aprobación y satisfacción de los reverendísimos prelados, Cardenal Arzobispo de Toledo y Nuncio de su Santidad, y, lo que es más, con el beneplácito del Papa Pio IX, al que S. M. la Reina dio cuenta de todo lo hecho. El día 16 de Abril del año 1857, muy de mañana, partió de Torrelaguna camino de Aranjuez, una comitiva insigne formada por la sierva de Dios y sus religiosas, los dos Vicarios de la Comunidad y los representantes de los Superiores Eclesiásticos. Al día siguiente quedó instalada la amada y Venerable Madre Patrocinio y su comunidad en dicho Real Convento (17 de Abril de 1857). Una vez instaladas en Aranjuez, hubo un gran movimiento de vocaciones jóvenes que, movidas por Dios, pidieron el hábito. En tales proporciones fue este movimiento, que, en tres meses, ingresaron hasta 32 novicias, algunas de muy ilustre linaje. Por tanto, en poco más de medio año de fundación, llegaron a ser más de 50 monjas, todas animadas del más ferviente espíritu y deseo de perfección, emulando a su santa Prelada. Aprovechando la sierva de Dios esta coyuntura maravillosa que Dios le ofrecía emprendió decididamente, llena de fervor y fortaleza, la reforma de la Comunidad en todos aquellos puntos que la relajación había introducido, contrarios al espíritu de la Santa Regla y constituciones, especialmente en lo referente a la pobreza seráfica, al oficio Divino y al culto a la Santísima Eucaristía. El primer capítulo de elección de Prelada, celebrado en Aranjuez, fue presidido por el Señor Cardenal Arzobispo de Toledo, Excelentísimo Sr. D. Fray Cirilo de Alameda y Brea. Por especial concesión, asistieron a el SS. MM. D. Francisco de Asís y Borbón y Doña Isabel II. Salió electa por unanimidad la Venerable Madre Patrocinio, con gran gozo de todas sus hijas, solo el corazón de ella quedo verdaderamente crucificado. Los Augustos Monarcas salieron edificadísimos del acto y llenos de emoción sus piadosos corazones. De este convento de Aranjuez y siendo Prelada la sierva de Dios, salieron monjas para fundar en los sitios Reales de la Granja, El Pardo, El Escorial y Loyola, Alcázar de San Juan y Guadalajara, siendo ella Prelada de Aranjuez. Al fundar el último convento de Guadalajara, fijó en él su morada con el fin de vivir retirada de la Corte, dedicada toda al servicio de Dios. En este convento murió santamente el día 27 de Enero de 1891.
Hay que hacer mención de que, el 13 de Diciembre de 1868, por decreto de la Junta Revolucionaria, quedó suprimida "la celebre y religiosísima Comunidad de San Pascual de Aranjuez". Con el mayor orden fueron trasladadas las religiosas al convento de Clarisas Descalzas Reales de Madrid. La llegada de la comunidad fue de inmensa alegría para las religiosas de aquel convento. Casi dos años estuvieron las monjas de Aranjuez en las Descalzas de Madrid, cumpliendo exactísimamente sus deberes y prácticas regulares, y edificando con sus ejemplos de virtud a sus hermanas las clarisas. Su retorno a Aranjuez se verificó el 27 de Octubre de 1870. La entrada de la Comunidad en este Real Sitio fue verdaderamente acogedora, los mismos que habían trabajado en su expulsión se sentían felices al volverlas a restituir de nuevo a su monasterio.

Siglo XX
A partir de entonces la Comunidad siguió morando tranquila y santamente en este regio convento de San Pascual, ayudándose de su trabajo para su sostenimiento, pues con el correr de los tiempos, el Real Patrimonio a cuyas rentas estaba sujeta la fundación, no las favorecía como al principio. Sostuvo siempre una clase de niñas pobres, hasta el año 1931 en que el Gobierno republicano mandó cerrarla por completo. El día 23 de Marzo de 1936, casi tres meses antes de estallar la guerra o Movimiento Nacional, a las tres de la madrugada, tuvo que salir de incógnito la Comunidad compuesta de 33 religiosas, por orden expresa del Excelentísimo Prelado de la Diócesis, pues para dicha fecha, los ánimos de los rojos vecinos de Aranjuez estaban excitadísimos contra ellas y se temía, no sin fundamento, un asalto al Convento. Era entonces Abadesa la Reverenda Madre María Asunción Aisa, y Vicaria, Madre María Margarita Sanz Bernuy. A estas dos Madres les tocó durante la guerra soportar el peso y la responsabilidad de la Comunidad dispersa, unas con los familiares, otras con personas caritativas que las acogieron en sus casas y las más que se pudo reunidas en un piso en Madrid. En aquellos aciagos días, a pesar de las situaciones difíciles que tuvieron que afrontar, siempre, siempre veló la Divina Providencia por esta Comunidad, tanto en lo material como en lo espiritual. Exceptuando los primeros días de la revolución, siempre se tuvo en el piso la Santa Misa diaria y el Santísimo Sacramento reservado. Se rezaba el Oficio Divino en Comunidad y se tenía con una solemnidad relativa el Monumento y demás oficios litúrgicos de Semana Santa. Después de pasar muchos trabajos, sustos y sufrimientos, llego el día de la liberación de Madrid, año 1939. El amado convento fue ocupado inmediatamente por la Dirección General de Prisiones, aunque según decían, de una manera provisional. La Comunidad, hasta hacer las reclamaciones competentes ante el Ministerio de Justicia y Patrimonio Nacional, tuvo que reunirse en el Convento de sus queridas hermanas de Mártires Concepcionistas, que las acogieron con amor y caridad ya que las unía un lazo de verdadero cariño. No les fue fácil recabar de la Dirección de Prisiones el desalojamiento del Convento, ya que de momento no tenían donde meter los presos. Apoyadas, no obstante, por el entonces Sr. Cura Párroco, Reverendo D. Gabriel Martínez Gutiérrez (ya fallecido), y por el Administrador del Patrimonio de Aranjuez, consiguieron las dejaran cuatro claustros grandes con patio en el centro, y un claustro pequeño con seis celdas. A más de la casa del capellán y la iglesia y el coro. Dichosas de haber conquistado aunque sólo fuera un rinconcito de su monasterio, decidieron trasladarse a él aunque tuviesen que apurar el sacrificio de todas las incomodidades que se les presentaban en perspectiva. Realizaron el traslado el día 29 de Noviembre del año 1939. Ese día constituyo para la Comunidad un triunfo apoteósico. Esta oyó la Santa Misa en la Iglesia de San Antonio, habilitada como parroquia, y desde allí, formadas las religiosas, en dos coros, y acompañadas de todas las autoridades civiles, militares y religiosas fueron procesionalmente hasta el convento. Cerraba la procesión la Reverenda Madre Abadesa María Asunción Aisa Junqueras, que llevaba en sus manos la imagencita de la Santísima Virgen del Olivo, Triunfo y Misericordia. Todo Aranjuez se volcó a la calle para acompañarlas con júbilo y regocijo inmenso. La comunidad constaba entonces de 24 religiosas por haberse muerto algunas durante la guerra y haber quedado otras en la comunidad de Mártires Concepcionistas, que entonces sólo contaba con cinco miembros y dos postulantas, por haber martirizado a las Madres de la comunidad. En el reducido espacio antes citado, estuvieron viviendo muchos años. Para que no vinieran otras religiosas a hacerse cargo de la Administración de la prisión, tuvieron que encargarse de ellas mismas de dicho cometido, con permiso de su Excelentísimo Prelado. Aprovechando la coyuntura de que los presos podían redimir con el trabajo, ellos mismos se ofrecieron a restaurar la parte de convento correspondiente a la comunidad, sobre todo la iglesia y coro. En este último pintaron varios motivos religiosos en las paredes y techos, entre ellos a la Beata Madre Beatriz cobijando a un grupo de Concepcionistas y a la Venerable Madre Patrocinio en uno de los episodios de su vida mística. Pasados unos años, al disminuir el número de presos, casi de incógnito y sin poderlo evitar la comunidad, llevo la Dirección de Prisiones un reformatorio de mujeres... y al frente las religiosas Oblatas del Santísimo Redentor. La religiosas comenzaron, desde 1949, de nuevo a gestionar la devolución de la totalidad del convento. Una audiencia con el Caudillo, Jefe del Estado Español, otra con su Excelencia la Señora. Por fin el primer viernes de Marzo de 1954, en consejo de ministros, el Jefe del Estado manifestó al Ministro de Justicia el deseo de devolver el convento a la comunidad. Inmediatamente se dieron las órdenes oportunas y llego el ansiado traslado del reformatorio de mujeres. Aunque hasta el mes de Mayo de ese mismo año no se hizo el acta de entrega. Cuando entraron a inspeccionarlo todo. ¡Dios mío! ¡Cómo estaba!. con las huellas de las tres ocupaciones sucesivas: en la guerra, cuartel de milicias; después prisión de hombres; luego reformatorio. No obstante se sentían felices. Dios abriría “puerto de claridad” para su restauración. Entonces era abadesa la Reverenda Madre Asunción Aisa Junqueras, Vicaria y más tarde, primera Presidenta de la Federación Castellana la Beata Beatriz. Ambas comenzaron las gestiones en orden a la restauración. Solo Dios sabe los pasos que hubieron de dar a tal efecto, hasta que por fin, se consiguió que primero “Regiones Devastadas” y más tarde el Instituto de la Vivienda les hicieran las obras de restauración.

Procedencia de los textos:

Para la historia del Convento de San Pascual:
para la historia de las banderas capturadas a los ingleses:
para los cuadros de Tiépolo,