miércoles, 13 de abril de 2011

Belalcázar (Córdoba) Pascua franciscana del 21 al 24 de Abril 2011

Remitido por los hermanos de la OFS de Belalcázar.

Este año como siempre queremos vivir la Pascua en contacto con la Palabra, buscando en la Palabra, dejándonos buscar por la Palabra. Palabra que nos invita a servir, Palabra que nos invita a dar la vida, Palabra que desde el silencio nos llama a la VIDA RESUCITADA.
Si te animas a venir ponte en contacto con nosotros, y no olvides traer LA BIBLIA, comida y cena del día 21, útiles de aseo, saco de dormir, ropa de abrigo, cuaderno y bolígrafo. Pero sobre todo ganas de celebrar la Pascua y de encontrarte con los hermanos. Comenzaremos el día 21 a las 13.30 con la comida y terminaremos el día 24 con la comida. TE ESPERAMOS.

BUSCANDO EN LA PALABRA.
FECHA: 21 AL 24 DE ABRIL DE 2011
LUGAR: EN EL MONASTERIO DE LAS HERMANAS POBRES DE SANTA CLARA EN BELALCÁZAR (CÓRDOBA)
CONTACTA CON:
  • CLARISAS BELALCÁZAR, 957146124  clarisasbelalcazar@hotmail.com
  • EQUIPO PJV FRANCISCANOS GRANADA, 675134795  ofmpastoral@hotmail.com
  • ORDEN FRANCISCANA SEGLAR, 666075732  ordenfranciscanaseglarandalucia@yahoo.es

martes, 12 de abril de 2011

San Francisco, el "icono vivo" de Jesús

Benedicto XVI, San Francisco, el "icono vivo" de Jesús
miércoles 27 de enero de 2010

Queridos hermanos y hermanas,
en una reciente catequesis ilustré ya el papel providencial que la Orden de los Frailes Menores y la Orden de los Frailes Predicadores, fundados respectivamente por san Francisco de Asís y santo Domingo de Guzmán, tuvieron en la renovación de la Iglesia de su tiempo. Hoy quisiera presentaros la figura de Francisco, un auténtico “gigante” de la santidad, que sigue fascinando a muchísimas personas de toda edad y toda religión.
"Nació al mundo un sol". Con estas palabras, en la Divina Commedia (Paraíso, Canto XI), el máximo poeta italiano Dante Alighieri alude al nacimiento de Francisco, que tuvo lugar a finales de 1181 o a principios de 1182, en Asís. Perteneciente a una rica familia – el padre era comerciante de telas –, Francisco transcurrió una adolescencia y una juventud despreocupadas, cultivando los ideales caballerescos de la época. A los veinte años tomó parte en una campaña militar, y fue hecho prisionero. Se puso enfermo y fue liberado. Tras su vuelta a Asís, comenzó en él un lento proceso de conversión espiritual, que le llevó a abandonar gradualmente el estilo de vida mundano que había llevado hasta entonces. A este periodo corresponden los célebres episodios del encuentro con el leproso, al que Francisco, bajando del caballo, dio el beso de la paz, y del mensaje del Crucificado en la pequeña iglesia de San Damián. En tres ocasiones el Cristo en la cruz cobró vida, y le dijo “Ve, Francisco, y repara mi Iglesia en ruinas”. Este sencillo acontecimiento de la palabra del Señor oída en la iglesia de San Damián esconde un simbolismo profundo. Inmediatamente san Francisco es llamado a reparar esta pequeña iglesia, pero el estado ruinoso de este edificio es el símbolo de la situación dramática e inquietante de la misma Iglesia en esa época, con una fe superficial que no forma y no transforma la vida, con un clero poco celoso, con el enfriamiento del amor; una destrucción interior de la Iglesia que comporta también una descomposición de la unidad, con el nacimiento de movimientos herejes. Con todo, en esta Iglesia en ruinas está en el centro el Crucifijo y haba: llama a la renovación, llama a Francisco a un trabajo manual para reparar concretamente la pequeña iglesia de san Damián, símbolo de la llamada más profunda a renovar a la misma Iglesia de Cristo, con su radicalidad de fe y con su entusiasmo de amor por Cristo. Este acontecimiento, sucedido probablemente en 1205, hace pensar en otro acontecimiento similar, sucedido en 1207: el sueño del papa Inocencio III. Éste vio en sueños que la Basílica de San Juan de Letrán, la iglesia madre de todas las iglesias, está derrumbándose y que un religioso pequeño e insignificante apuntala con sus hombros a la iglesia para que no caiga. Es interesante notar, por una parte, que no es el Papa el que ayuda para que la Iglesia no caiga, sino un religioso pequeño e insignificante, que el Papa reconoce en Francisco cuando éste le visita. Inocencio III era un papa poderoso, de gran cultura teológica, como también de gran poder político, y sin embargo no es él el que renueva a la Iglesia, sino un pequeño e insignificante religioso: es san Francisco, llamado por Dios. Por otra parte, sin embargo, es importante observar que san Francisco no renueva la Iglesia sin o contra el Papa, sino en comunión con él. Las dos realidades van juntas: el Sucesor de Pedro, los Obispos, la Iglesia fundada sobre la sucesión de los Apóstoles, y el carisma nuevo que el Espíritu Santo crea en este momento para renovar la Iglesia. Juntos crece la verdadera renovación.
Volvamos a la vida de san Francisco. Dado que su padre Bernardone le reprochaba su demasiada generosidad hacia los pobres, Francisco, ante el obispo de Asís, con un gesto simbólico se despojó de todas sus ropas, pretendiendo así renunciar a la herencia paterna: como en el momento de la creación, Francisco no tiene nada, sino sólo la vida que Dios le ha dado, a cuyas manos se entrega. Después vivió como un eremita, hasta cuando, en 1208, tuvo lugar otro acontecimiento fundamental en el itinerario de su conversión. Escuchando un pasaje del Evangelio de Mateo – el discurso de Jesús a los apóstoles enviados a la misión – Francisco se sintió llamado a vivir en la pobreza y a dedicarse a la predicación. Otros compañeros se unieron a él, y en 1209 se dirigió a Roma, para someter al Papa Inocencio III el proyecto de una nueva forma de vida cristiana. Recibió una acogida paternal por parte de aquel gran Pontífice que, iluminado por el Señor, intuyó el origen divino del movimiento suscitado por Francisco. El Pobrecillo de Asís había comprendido que todo carisma dado por el Espíritu Santo debe ser puesto al servicio del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia; por tanto actuó siempre en comunión plena con la autoridad eclesiástica. En la vida de los santos no hay contraposición entre carisma profético y carisma de gobierno y, si se crea alguna tensión, éstos saben esperar con paciencia los tiempos del Espíritu Santo.
En realidad, algunos historiadores del siglo XIX y también del siglo pasado han intentado crear detrás del Francisco de la tradición, un 'Francisco histórico', así como se trata de crear tras el Jesús de los Evangelios un 'Jesús histórico'. Este Francisco histórico no habría sido un hombre de Iglesia, sino un hombre unido inmediatamente solo a Cristo, un hombre que quería crear una renovación del pueblo de Dios, sin formas canónicas y sin jerarquía. La verdad es que san Francisco tuvo realmente una relación inmediatísima con Jesús y con la Palabra de Dios, a la cual quería seguir sine glossa, tal como es, en toda su radicalidad y verdad. Es también verdad que inicialmente no tenía intención de crear una Orden con las formas canónicas necesarias, sino que simplemente, con la palabra de Dios y la presencia del Señor, el quería renovar al pueblo de Dios, convocarlo de nuevo a la escucha de la palabra y a la obediencia verbal con Cristo. Además, sabía que Cristo no es nunca “mío”, sino siempre “nuestro”, que a Cristo no puedo tenerlo “yo” y reconstruir “yo” contra la Iglesia, su voluntad y su enseñanza, sino sólo en la comunión de la Iglesia construida sobre la sucesión de los Apóstoles se renueva también la obediencia a la palabra de Dios.
Es también verdad que no tenía intención de crear una nueva orden, sino solamente renovar al pueblo de Dios para el Señor que viene. Pero comprendió con sufrimiento y con dolor que todo debe tener su orden, que también el derecho de la Iglesia es necesario para dar forma a la renovación y así realmente se insertó de modo total, con el corazón, en la comunión de la Iglesia, con el Papa y con los Obispos. Sabía siempre que el centro de la Iglesia es la Eucaristía, donde el Cuerpo de Cristo y su Sangre se hacen presentes. A través del Sacerdocio, la Eucaristía es la Iglesia. Donde el Sacerdocio y Cristo y comunión de la Iglesia van unidos, sólo aquí habita también la palabra de Dios. El verdadero Francisco histórico es el Francisco de la Iglesia y precisamente de esta forma nos habla también a nosotros los creyentes, a los creyentes de otras confesiones y religiones.
Francisco y sus frailes, cada vez más numerosos, se establecieron en la Porciúncula, o iglesia de Santa María de los Ángeles, lugar sagrado por excelencia de la espiritualidad franciscana. También Clara, una joven mujer de Asís, de familia noble, se puso a la escuela de Francisco. Tuvo así origen la Segunda Orden franciscana, la de las Clarisas, otra experiencia destinada a producir frutos insignes de santidad en la Iglesia.
También el sucesor de Inocencio III, el papa Honorio III, con su bula Cum dilecti de 1218 apoyó el singular desarrollo de los primeros Frailes Menores, que iban abriendo sus misiones en diversos países de Europa, e incluso en Marruecos. En 1219 Francisco obtuvo el permiso de dirigirse a hablar, en Egipto, al sultán musulmán Melek-el-Kâmel, para predicar también allí el Evangelio de Jesús. Deseo subrayar este episodio de la vida de san Francisco, que tiene una gran actualidad. En una época en la que estaba en curso un enfrentamiento entre el Cristianismo y el Islam, Francisco, armado voluntariamente solo con su fe y su mansedumbre personal, recorrió con eficacia el camino del diálogo. Las crónicas nos hablan de una acogida benevolente y cordial recibida del sultán. Es un modelo en el cual también hoy deberían inspirarse las relaciones entre cristianos y musulmanes: promover un diálogo en la verdad, en el respeto recíproco y en la mutua comprensión (cfr Nostra Aetate, 3). Parece además que en 1220 Francisco visitó Tierra Santa, echando así una semilla, que traería mucho fruto: sus hijos espirituales, de hecho, hicieron de los Lugares en los que vivió Jesús en un un ámbito privilegiado de su misión. Con gratitud pienso hoy en los grandes méritos de la Custodia Franciscana de Tierra Santa.
Vuelto a Italia, Francisco entregó el gobierno de la Orden a su vicario, fray Pedro Cattani, mientras que el papa confió a la protección del cardenal Ugolino, el futuro Sumo Pontífice Gregorio IX, a la Orden, que recogía cada vez más adhesiones. Por su parte el Fundador, dedicado completamente a la predicación que llevaba a cabo con gran éxito, redactó una Regla, después aprobada por el Papa.
En 1224, en el eremitorio de Verna, Francisco vio el Crucifijo en forma de un serafín, y del encuentro con el serafín crucificado, recibió los estigmas; se convirtió así en uno con Cristo crucificado: un don, por tanto, que expresa su identificación con el Señor.
La muerte de Francisco – su transitus – sucedió la noche del 3 de octubre de 1226, en la Porciúncula. Tras haber bendecido a sus hijos espirituales, murió, acostado sobre la tierra desnuda. Dos años más tarde el Papa Gregorio IX lo inscribió en el elenco de los santos. Poco tiempo después se erigía en Asís una gran basílica en su honor, meta aún hoy de muchísimos peregrinos, que pueden venerar la tumba del santo y disfrutar la visión de los frescos de Giotto, pintor que ha ilustrado de modo magnífico la vida de Francisco.
Se ha dicho que Francisco representa un alter Christus, era verdaderamente un icono vivo de Cristo. Fue también llamado el “hermano de Jesús”. En efecto, éste era su ideal: ser como Jesús, contemplar al Cristo del Evangelio, amarlo intensamente, imitar sus virtudes. En particular, quiso dar un valor fundamental a la pobreza interior y exterior, enseñándola también a sus hijos espirituales. La primera bienaventuranza del Discurso de la Montaña – Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3) – encontró una luminosa realización en la vida y en las palabras de san Francisco. Verdaderamente, queridos amigos, los santos son los mejores intérpretes de la Biblia; éstos, encarnando en su vida la Palabra de Dios, la hacen más atrayente que nunca, de modo que habla realmente con nosotros. El testimonio de Francisco, que amó la pobreza para seguir a Cristo con dedicación y libertad totales, sigue siendo también para nosotros una invitación a cultivar la pobreza interior para crecer en la confianza en Dios, uniendo también un estilo de vida sobrio y un desapego de los bienes materiales.
En Francisco el amor por Cristo se expresó de modo especial en la adoración del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. En las Fuentes franciscanas se leen expresiones conmovedoras, como esta: “Tema toda la humanidad, tiemble el universo entero y exulte el cielo, cuando sobre el altar, en la mano del sacerdote, está Cristo, el Hijo de Dios vivo. ¡Oh favor estupendo! Oh sublimidad humilde, que el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, se humille tanto para esconderse para nuestra salvación, bajo una modesta forma de pan” (Francisco de Asís, Escritos, Ediciones Franciscanas, Padua 2002, 401).
En este año sacerdotal, quiero también recordar la recomendación dirigida por Francisco a los sacerdotes: “Cuando quieran celebrar la Misa, puros de forma pura, hagan con reverencia el verdadero sacrificio del santísimo Cuerpo y Sangre del Señor nuestro Jesucristo” (Francisco de Asís, Escritos, 399). Francisco mostraba siempre una gran deferencia hacia los sacerdotes, y recomendaba respetarlos siempre, incluso en el caso de que personalmente fueran poco dignos. La motivación de su profundo respeto era el hecho de que éstos han recibido el don de consagrar la Eucaristía. Queridos hermanos en el sacerdocio, no olvidemos nunca esta enseñanza: la santidad de la Eucaristía nos pide ser puros, vivir de modo coherente con el Misterio que celebramos.
Del amor de Cristo nace el amor hacia las personas y también hacia todas las criaturas de Dios. Este es otro rasgo característico de la espiritualidad de Francisco: el sentido de fraternidad universal y de amor por la creación, que le inspiró el célebre Cántico de las criaturas. Es un mensaje muy actual. Como recordé en mi reciente encíclica Caritas in veritate, es sostenible solo un desarrollo que respete a la creación y que no dañe el medio ambiente (cfr nn. 48-52), y en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año he subrayado que también la constitución de una paz sólida está unida al respeto de la creación. Francisco nos recuerda que en la creación se despliega la sabiduría y la benevolencia del Creador. La naturaleza es entendida por él precisamente como un lenguaje en el que Dios habla con nosotros, en el que la realidad divina se hace transparente y podemos nosotros hablar de Dios y con Dios.
Queridos amigos, Francisco fue un gran santo y un hombre alegre. Su sencillez, su humildad, su fe, su amor por Cristo, su bondad hacia cada hombre y cada mujer le hicieron alegre en toda situación. De hecho, entre la santidad y la alegría subsiste una relación íntima e indisoluble. Un escritor francés dijo que en el mundo hay una sola tristeza: la de no ser santos, es decir, la de no estar cerca de Dios. Mirando el testimonio de Francisco, comprendemos que éste es el secreto de la verdadera felicidad: ¡ser santos, cercanos a Dios!
Que la Virgen, tiernamente amada por Francisco, nos obtenga este don. Nos confiamos a Ella con las palabras mismas del Pobrecillo de Asís: “Santa María Virgen, no hay ninguna como tu nacida en el mundo entre las mujeres, hija y sierva del altísimo Rey y Padre celestial, Madre del santísimo Señor nuestro Jesucristo, esposa del Espíritu Santo, reza por nosotros... ante tu santísimo Hijo querido, Señor y Maestro” (Francisco de Asís, Escritos, 163).

jueves, 7 de abril de 2011

Ser Franciscano Seglar

! Paz y Bien !.
Os adjunto enlace al Blog "Ser Franciscano Seglar", donde tenemos acceso a muchísima información.
!Gracias a Manolo Sánchez Barranco¡
Bienvenid@ a nuestra familia.

Somos Franciscanos Seglares de España y queremos mostrarte cual es nuestra forma de vida.

Ser Franciscano Seglar es una vocación y quizás tú, también estás llamado a pertenecer de esta manera a la familia franciscana.

Nosotros estamos aquí para ayudarte a descubrir si es o no tu vocación, descubre a través de este pequeño rincón un poco mas sobre nuestro carisma, nuestros valores, la manera de organizarnos, nuestra historia, etc.

Te ayudará a un primer acercamiento a la familia franciscana seglar, y si estás interesado en conocernos te ayudaremos a ponerte en contacto con la fraternidad mas cercana de donde vives.

Nada mas, te damos nuevamente la bienvenida a esta gran familia que desde hoy ya puedes conocer.

miércoles, 6 de abril de 2011

Ejercicios Espirituales Mayo 2011

 
Desde la Fraternidad Franciscana Seglar de San Antonio del Retiro (Madrid) nos informan de estos Ejercicios Espirituales:
Queridos hermanos, os convocamos a participar en unos Ejercicios Espirituales, dirigidos por el Padre Julio Herranz, en el Santuario de Arenas de San Pedro.
  • Las fechas serán desde el Jueves 5 de Mayo  de 2011 al Domingo 8 de Mayo.
  • Horario: inicio a las 20:00 hr del jueves, fin tras el amuerzo del domingo. 
  • Coste: 105 € (o sea, 35 por día).
Está abierto a todas las Fraternidades que lo deseen, TODOS estamos invitados a participar.
Podéis inscribiros (y preguntar) enviando un correo electrónico a la dirección ofs@ofsretiro.org o llamando al teléfono 917474876 (Antonio)
No dejarlo para luego, porque las plazas no son ilimitadas y por eso se atenderán las inscripciones por estricto orden de llegada.

Os rogamos que difundáis la invitación a  todos cuantos podáis. ¡Esperamos vuestra asistencia!

martes, 5 de abril de 2011

Santa Beatriz de Silva

Santa Beatriz de Silva (1424-1491)

Textos de:
Ireneo García Alonso, Beata Beatriz de Silva,
en Año Cristiano, Tomo III,
Madrid, Ed. Católica (BAC 185), 1959, pp. 423-430.


Estamos ya en el último siglo de la Reconquista. Los reinos cristianos de la Península Ibérica se van extendiendo hacia el sur y pasan al África. Una de las últimas plazas ganadas a los árabes para el reino de Portugal fue Ceuta (1415). El capitán de esta hazaña y primer gobernador de la ciudad conquistada fue don Pedro Meneses, conde de Viana y descendiente de los reyes de Castilla. En la conquista de esta plaza había intervenido también el caballero don Ruy Gómez de Silva, cuyo ejemplar comportamiento le mereció el aprecio de su capitán, hasta el punto de ofrecerle en matrimonio a su hija Isabel. El año 1422 se formó el nuevo hogar Silva-Meneses, en el que vería la luz Beatriz. Su padre fue este aguerrido caballero, don Ruy Gómez de Silva, tan distinguido en la cruzada contra los árabes. Su madre, doña Isabel Meneses, procedía de ilustre sangre real y era la segunda de los cuatro hijos de don Pedro Meneses. La vida del nuevo matrimonio transcurrió entre Ceuta y Campo Mayor, cuya alcaidía le fue concedida a Ruy Gómez de Silva por el rey portugués. Campo Mayor es una ciudad fronteriza con España, del distrito de Portalegre y diócesis de Evora. Aunque no faltan historiadores antiguos que dan a Beatriz por nacida en Ceuta, la tradición del primer convento concepcionista de Toledo considera a Campo Mayor como la patria de su madre fundadora y en esta villa portuguesa se conservan los mejores recuerdos de la infancia de Beatriz. Como fecha de su nacimiento se señala el año 1424. La madre de Beatriz, siguiendo la tradición familiar, era muy devota de la Orden de San Francisco y por ello encomendó la educación religiosa de sus once hijos a los padres franciscanos, que sembraron en sus almas un amor especial a la Inmaculada Concepción. El quinto de los hermanos de Beatriz, llamado Juan y luego Beato Amadeo de Silva, tomó el hábito de San Francisco y fundó la asociación llamada de los «amadeístas». Hay una tradición conservada en Campo Mayor, que es todo un símbolo de la belleza angelical que distinguía a la joven Beatriz. En una de sus iglesias se venera un cuadro de la Virgen con la cabeza inclinada y los ojos cerrados, sosteniendo sobre sus rodillas al Niño. A su lado están arrodillados San Francisco y San Antonio. Las facciones de esta Virgen, según la tradición, son copia del rostro candoroso de Beatriz. Su padre quiso tener un cuadro de la Virgen para la capilla de su residencia y con este fin mandó venir a un pintor italiano. El artista expuso al padre que el mejor modelo para la Virgen sería su misma hija. Esta, por obediencia, accedió a ello, pero, poseída de un inocente pudor en servir de modelo para un cuadro de María Inmaculada, no abrió sus ojos ante el pintor. Así resultó una imagen de la Virgen sumamente expresiva y delicada, conocida con el nombre de la «Virgen de los ojos cerrados». En 1447 Juan II de Castilla contraía matrimonio con Isabel, princesa de Portugal. Esto dio lugar a que la nueva reina de Castilla pidiese al alcaide de Campo Mayor a su hija Beatriz como primera dama. Tenía ya entonces veintitrés años, y, al decir de la Historia manuscrita de 1526, «allende venir de sangre real, era muy graciosa doncella y excedía a todas las demás de su tiempo en hermosura y gentileza». La corte de Castilla residía por entonces en Tordesillas, al oeste de Valladolid, en plena meseta castellana, junto al río Duero. El ambiente palaciego estaba dominado por intrigas y frivolidades cortesanas de la época. Estas fueron las espinas que encontró Beatriz en Tordesillas, haciendo más bella y fragante la flor de su virginidad. Fuese por intrigas de algún caballero resentido ante la negativa de Beatriz a sus pretensiones, fuese por celos de la reina, que llegó a ver en ella una amante rival, cayó en desgracia de ésta. «Viendo la grande estimación que todos hacían de la sierva de Dios, la reina hubo celos de ella y del rey, su marido, y fueron tan grandes que, por quitarla de delante de los ojos, la encerró en un cofre, donde la tuvo encerrada tres días, sin que en ellos se le diera de comer y de beber». Fue todo un torbellino de pasión, que quiso tronchar la vida de esta delicada flor, pero acudió en su defensa la Reina del cielo. «La Virgen María se le apareció con hábito blanco y manto azul y el Niño Jesús en brazos, y, luego de haberla confortado con cariño maternal, le intimó que fundara en su honor la Orden de la Purísima Concepción, con el mismo hábito blanco y azul que ella llevaba. Ante tan señalada merced de su Reina y Señora, Beatriz se ofreció por su esclava y le consagró, rebosante de gratitud, el voto de su virginidad y le rogó confiadamente la librara de aquella prisión. La Reina celestial accede sonriente y desaparece». La intervención de don Juan Meneses, tío de Beatriz, hizo que la reina Isabel abriese el cofre pasados tres días, esperando que su dama fuese ya cadáver. La sorpresa de todos fue impresionante. Beatriz apareció con más belleza y lozanía que antes de ser encerrada. Todos adivinaron que la bella dama portuguesa había sido favorecida en aquellas horas obscuras y tenebrosas con alguna luz especial del cielo. La Santísima Virgen la había escogido para dama suya. Era preciso cambiar de palacio. «A los tres días de verse libre del encierro, sin más dilación, pidió salir de Tordesillas, dirigiéndose a Toledo, acompañada de dos doncellas.» Camino de Toledo tiene lugar, al pasar por un monte, la aparición de dos frailes franciscanos. Beatriz pensó que eran enviados por la reina para confesarla antes de morir a manos de un verdugo. «Entonces, declarando ella su pena y temor, díjole un fraile de aquéllos, que parecía portugués, que no llorase, porque no solamente no eran ellos mensajeros de su muerte, mas antes la venían a consolar y la hacían saber que había de ser una de las mayores señoras de España, y que sus hijos serían nombrados en toda la cristiandad. A esto respondió que era doncella y que, con el emperador que la demandase, no se casaría en ninguna manera, porque tenía hecho voto de limpieza a la Reina del cielo. Y dijéronle ellos: “Lo que hemos dicho ha de ser”». Sigue describiendo la Historia anónima de 1526 cómo, después de consolarla, al llegar a una posada y disponerse para comer, desaparecieron aquellos dos frailes misteriosos, «y Beatriz creyó firmemente que el Señor le había enviado para consolarla e instruirla a San Francisco de Asís y a San Antonio de Padua, a los cuales celebró fiesta en adelante todos los años». En Toledo florecían por esta época numerosos monasterios de todas las principales Órdenes, especialmente cistercienses, dominicas y clarisas. Razones que la historia no nos ha transmitido hicieron que Beatriz escogiese el monasterio cisterciense de Santo Domingo de Silos (vulgarmente «El Antiguo»); tal vez relaciones muy personales con alguna de las religiosas de este monasterio, perteneciente a la nobleza portuguesa o castellana; tal vez el haber encontrado en este monasterio las condiciones más a propósito para la vida retirada que ella pensaba llevar, sin ser religiosa. En este vetusto solar de Toledo buscó Beatriz su casita de Nazaret, como «señora de piso», y en él vivió treinta años dedicados a la oración, al sacrificio y al desprecio del mundo. «La sierva de Dios fue muy humilde en sus acciones, despreciando su persona en actos exteriores; ... era su vida heroica y... vivió treinta años en Santo Domingo, ejercitándose en toda virtud.» Hay un dato muy significativo que revela su enérgica decisión de romper con el mundo: «Dende que salió de la corte del rey Don Juan hasta que murió ningún hombre ni mujer vio su rostro enteramente descubierto, si no fue la reina Doña Isabel (la Católica) y la que le daba de tocar, porque, aun para comer delante de solas sus criadas, apenas descubría del todo la boca». A la mortificación y vida retirada unía la práctica de la oración prolongada y una liberalidad magnánima para emplear todos sus bienes en dar culto a Dios y socorrer al pobre. Con sus rentas hizo labrar un nuevo claustro y la sala capitular del monasterio donde residía; con ellas favoreció también a cuantos pobres solicitaron su ayuda. Con el trabajo de sus manos, hilando o bordando, santificó también los ratos libres. Mientras tanto la Providencia iba preparando los acontecimientos para que Isabel la Católica se interesase por la fundación de la Orden concepcionista. Había sido proclamada reina en 1474 y algún año después entraba en Toledo; venía a cumplir la promesa hecha en la batalla de Toro de edificar un templo a San Juan Evangelista. El lugar escogido está próximo al monasterio donde residía Beatriz. En todos estos años turbulentos, en medio de campañas guerreras, cuando la reina venía a Toledo buscaba tiempo para ir a conversar con Beatriz, la dama que la había mecido en sus brazos cuando niña. En 1479, «con la ayuda de Dios y de la gloriosa Virgen María, su Madre», se firmó la paz definitiva entre Castilla y Portugal. Esto pudo ser un motivo especial para que la Reina Católica, tan devota de la Inmaculada, apoyase la fundación de la Orden concepcionista, que la Virgen había confiado a Beatriz. Por estos años «se dice que se le apareció (a Beatriz) la Madre de Dios otra vez, distinta de la referida del cofre, volviéndola a mostrar cómo había de ser el hábito que traerían sus monjas». El año 1484 Isabel la Católica concertaba con Beatriz la donación de unas casas de los palacios reales de Galiana, junto a la muralla norte de Toledo. Le donaba también la capilla adjunta, dedicada a Santa Fe por la reina Doña Constanza, esposa de Alfonso VI. Con doce compañeras (entre ellas una sobrina) pasó Beatriz a ocupar esta nueva mansión toledana. «En esta casa entró tan desacomodada con gran alegría, y dio orden de irla fabricando al modo necesario para que pudiese ser convento de religiosas.» Cinco años pasó Beatriz echando los cimientos de la Orden concepcionista, bajo la protección de Santa Fe. El nombre de esta santa francesa decía muy bien con la fe que había demostrado Beatriz desde que salió de Tordesillas. Isabel la Católica se serviría del patrocinio de esta misma Santa en la conquista de Granada, con una fe paralela a la de Beatriz. La aprobación de la Orden concepcionista, pedida al Papa por mediación de la Reina Católica, era firmada por Inocencio VIII el 30 de abril de 1489. En este mismo día se presentó en el torno del convento provisional de Santa Fe un personaje misterioso, preguntando por doña Beatriz de Silva y comunicándola la firma de la bula por el Papa. «De esta manera lo supo ella en Toledo, cuando se otorgó en Roma, por revelación divina y creyó, sin duda, que este mensajero era San Rafael, porque desde que supo decir el Avemaría le había sido muy devota y le rezaba cada día alguna cosa en especial.» Tres meses más tarde llega a Toledo la noticia de que la bula se había ido al fondo del mar, por haber naufragado la nave donde venía. «De esto recibió grandísima tristeza, y con mucha ansia de su corazón no hizo tres días sino llorar. Al cabo de ellos fue a abrir un cofre para cierta cosa necesaria, y, no sin mucha maravilla, halló allí la dicha bula encima de todo.» Toda la ciudad de Toledo se asoció con gran júbilo a la procesión en que se trasladó la «bula del milagro» desde la catedral al convento de Santa Fe. Tuvieron lugar todos estos festejos en los primeros días del mes de agosto de 1491. Actuó en la procesión, misa pontifical y sermón el insigne padre franciscano Francisco García de Quijada, obispo de Guadix, y anunció que a los quince días tendría lugar en la capilla de Santa Fe la toma de hábitos y velos por Beatriz y sus compañeras. Pero... «a los cinco días, estando (Beatriz) puesta en muy devota oración en el coro, aparecióle la Virgen sin mancilla..., la cual le dijo: “Hija, de hoy en diez días has de ir conmigo, que no es nuestra voluntad que goces acá en la tierra de esto que deseas”». El mismo día 16 de agosto, que se había acordado para la toma de hábitos, tuvo lugar la tranquila muerte de Beatriz. El mismo padre confesor le impuso el hábito y velo concepcionistas y recibió su profesión religiosa. «Al tiempo de su muerte fueron vistas dos cosas maravillosas: la una fue que, como le quitaron del rostro el velo para darle la unción, fue tanto el brillo que de su rostro salió que todos quedaron espantados; la otra fue que en mitad de la frente le vieron una estrella, la cual estuvo allí puesta hasta que expiró, y daba tan gran luz y resplandor como la luna cuando más luce, de lo cual fueron testigos seis religiosos de la Orden de San Francisco». Había sido escogida como estrella para guiar a generaciones de vírgenes, que consagrarían a Dios su amor y su pureza, en honor de María Inmaculada. Se iba al cielo para guiarlas mejor desde allí. «Siendo viva esta señora doña Beatriz y yendo una vez a maitines, según acostumbraba, halló la lámpara del Santísimo Sacramento muerta, y poniéndose en oración, vióla manifiestamente encender, no viendo quién la encendía; tras esto oyó una voz, según ella después lo descubrió, que bajamente le dijo: “Tu Orden ha de ser como esto que has visto, que toda ha de ser deshecha por tu muerte, mas como la Iglesia de Dios fue perseguida al principio, pero después floreció y fue muy ensalzada, así ella florecerá y será multiplicada por todas las partes del mundo, tanto que en su tiempo no se edificará casa alguna de otra Orden”». Así sucedió, en efecto. Recién fallecida, se apareció Beatriz en Guadalajara al padre fray Juan de Tolosa, franciscano, diciéndole que se encaminase a Toledo para defender su Orden. Las religiosas de Santo Domingo pretendían que fuese enterrado en su monasterio el cuerpo de Beatriz y que se fusionasen con ellas sus compañeras, en vez de llevar adelante la nueva Orden concepcionista. La intervención del padre Tolosa evitó la extinción de la incipiente Orden. Cuatro años después surgió una nueva tempestad al fusionarse el vecino monasterio de monjas benedictinas de San Pedro de las Dueñas con el de Santa Fe y tener lugar grandes desavenencias. La abadesa de Santa Fe, madre Felipa de Silva, sobrina de Beatriz, resolvió abandonar su convento y trasladarse al de religiosas dominicas de la Madre de Dios, en la misma ciudad, llevándose consigo las reliquias de su venerable tía. Otro fraile franciscano, el cardenal Cisneros, volvió a encender la lamparilla de la Orden concepcionista, trasladando el convento de Santa Fe al que habían ocupado los frailes franciscanos, muy próximo a él, y apoyando la fundación de nuevos conventos concepcionistas. A este último convento fueron trasladadas definitivamente las venerables reliquias de Beatriz, comenzando a recibir culto público poco después de su muerte. El afán por poseerlas es una buena prueba de ello. Los menologios de la Orden franciscana, cisterciense y benedictina la dan el título de «Beata». Abundan los relatos de favores milagrosos obtenidos por su intercesión. El año 1924 el papa Pío XI confirmó el culto inmemorial tributado a Beatriz como a Beata, con lo que nuevamente podía recibir culto público después de las normas prohibitivas de Urbano VIII en el siglo XVI. Reanudada la causa de canonización por Pío XII, todas sus hijas esperan venerarla pronto como Santa. [Esa esperanza se convirtió en realidad el 3 de octubre de 1976, cuando Pablo VI la canonizó solemnemente]. Después de más de cuatro siglos de existencia, y a pesar de las grandes pruebas por las que ha tenido que pasar la vida de clausura, aún conserva la Orden concepcionista más de 120 conventos diseminados por Europa y América Latina; de ellos corresponden a España más de 90. Esta es la gran gloria de la Beata Beatriz de Silva, adalid de la Inmaculada varios siglos antes de su definición dogmática.

Sor Patrocinio

Sor Patrocinio.
Sor María Rafaela de los Dolores y Patrocinio, es una Venerable Monja Concepcionista de la Orden de la Inmaculada Concepción fundada por Santa Beatriz de Silva en 1489. Su amor y transformación en Cristo, llegó al punto de reproducir en su cuerpo, estigmas místicos que la identificaron con el Crucificado, hasta el final de su vida. Ha sido un prodigio de la Gracia y Fortaleza del Espíritu, atravesada por una espiritualidad victimal heroica y de martirio, por la gloria de Dios y santificación de la Iglesia. Además, fue campeona en persecuciones y destierros que sufrió.


Datos biográficos:
María Rafaela de los Dolores y Patrocinio, más conocida por Madre Patrocinio, "la Monja de las Llagas", nace en la Venta del Pinar, en San Clemente, provincia de Cuenca, (España) un 27 de abril de 1811. Su madre, Doña Dolores Capopardo, en estado avanzado de gestación, la dio a luz en su huida precipitada de la corte, pero dejó abandonada la criatura en la tierra nevada y fría del campo manchego, donde fue hallada por su padre, Don Diego de Quiroga, empleado en la corte, que seguía las huellas de su esposa, pero en distinta cabalgadura por motivos de seguridad; él la recogió del suelo, desnudita aún y llorosa, y la llevó consigo. Y en el mencionado pueblo de San Clemente situaron sus reales, mientras la guerra de la independencia se desarrollaba en España y retornaran los reyes de Francia. Terminada la contienda, pasaron a vivir primero en Chinchilla y luego en Valencia, en conformidad con los nuevos destinos que el padre iba recibiendo por decisión de los monarcas, de los que dependía. Muerto prematuramente su progenitor, cuando más le necesitaban la viuda y los cinco hijos habidos en el matrimonio, se vieron obligados a retornar a Madrid, pero menguados en hacienda y dineros a causa de las guerras, traslados y nueva situación. La joven María de los Dolores debe organizar su vida en Madrid, con no pequeñas dificultades que la obligarían a consumar su inmolación y a tomar decisiones graves e importantes en plena juventud.

Vida de consagración y carismas extraordinarios:
A los 17 años ingresa como educanda en las Comendadoras de Santiago, donde permaneció tres años haciendo los estudios equivalentes a nuestro magisterio. Terminados éstos, viste el hábito entre las Monjas Concepcionistas de la calle de Caballero de Gracia, en Madrid, famosas por su vida penitente y ejemplar, profesando al año siguiente. Antes de ingresar y durante los primeros años de religiosa tiene que vivir el ambiente de la vida nacional, más duro porque ha empezado su calvario particular, que la va a marcar definitivamente: Tan grande era su amor y identificación con Jesucristo, que reproduce vivamente en su propia carne las llagas o estigmas de la Pasión del Señor desde el mismo año del noviciado hasta su muerte, a los 80 años. Así quedó conocida como 'La Monja de las llagas'. Todavía se conservan muchos paños manchados por la sangre de todas estas heridas que nadie pudo curar, no obstante que eminentes médicos lo intentaron sin conseguirlo. Su vida ha sido un prodigio de la Gracia y Fortaleza del Espíritu de Dios, sufriendo muchas persecuciones y destierros. Fue favorecida con el don de profecía y alguna vez también con el don de bilocación. Mantuvo abundantísima correspondencia con Cardenales, Obispos, Prelados, con los Reyes y con numerosos bienhechores de sus fundaciones. El mismo Papa Pío IX le encargó personalmente asuntos muy delicados: una de las cartas del Papa se conserva aún en el archivo del Monasterio de Concepcionistas de Aranjuez (Madrid). También acudían a ella muchas personas en demanda de consejo para sus almas y empresas materiales, familiares y de todo tipo.

Persecuciones y destierros:
No obstante las prohibiciones expresas de los prelados, por parte de ciertas religiosas hubo indiscreciones, publicando sus estigmatizaciones. Esto, unido a los enredos de su madre y del fracasado amante de esta joven novicia, el señor Olózaga, hombre de estado y eminente político, aunque descreído y sin escrúpulos, cayeron sobre la pobre víctima persecuciones inconcebibles que duraron más de veinte años, con destierros dentro de España y en Francia (por dos veces). Con el pretexto de acusar a la joven contemplativa de 'Visionaria y falsaria' la procesarían en un vil e ignominioso tribunal civil, que la condenó a largos destierros. El primero fue a Talavera de la Reina. Cuando volvió, sus hermanas de comunidad la eligieron abadesa cuando contaba apenas unos veintiséis años; mantuvo el cargo hasta la muerte y siempre por votación unánime. A tan inconcebible persecución fue llevada que por cualquier actividad política y crimen extraño la Madre Patrocinio era acusada y condenada. Parece de novela. Cuando el loco atentado del famoso Cura Merino, que atentó contra la vida de la reina Isabel II, cayeron las culpas sobre ella; sólo cuando descubrieron al culpable pudo volver a su Monasterio. Era claro que el señor Olózaga, despechado por verse desoído por la joven monja, cargaba sobre la inocente criatura sus iras y su poder, puesto que era nada menos que gobernador de Madrid y tenía bajo su mando y potestad facultades plenas que empleaba con crueldad y persistencia. Pero al morir pidió y obtuvo el perdón de Sor Patrocinio. Se sucedían los gobiernos de la nación y todos ellos descargaron sus iras. Al caer el gabinete Narváez fue envuelta en nueva trama. Pero por caminos providenciales va a resplandecer su inocencia y será rehabilitada. Asiste Narváez y su gobierno a la inauguración del Canal de Castilla y alguien, maliciosamente, sugiere la visita al cercano monasterio de Torrelaguna, donde vive «la monja de las llagas con lujo y atuendos de gran abadesa», agregan. Sin previo aviso se personan en el Monasterio y entran en la clausura. El bravo General comprueba con sus propios ojos la gran pobreza y austeridad que mantiene ella y sus religiosas, y conmovido manda le sean quitadas todas las penas y condenas. Dios elige el momento para que marche a Aranjuez, desde donde la tiene destinada para empezar más de una veintena de fundaciones y reformas de monasterios de la Orden Concepcionistas. Últimos años y muerte. En 1867 funda en Guadalajara. También aquí le llegó su calvario y persecución: quisieron matarla. Al tener conocimiento del riesgo que corría, el Cardenal de Toledo le ordenó que saliera con toda urgencia para Francia. Cuando llegó la orden estaba pasando la frontera. En Francia estuvo nueve años que aprovechó para fundar nuevos Monasterios a petición de varios Obispos franceses. Las grandes dotes de gobierno, la sabiduría y la gracia de Dios que siempre la colmó de sus dones, pudieron sacar a flote a un ejército de Concepcionistas, mientras en Francia los prusianos la invadían y mataban a mansalva a sacerdotes y hasta obispos, incluyendo entre estas muertes la del Cardenal de París. Colmada de trabajos y persecuciones, retornó felizmente a Guadalajara, a su Monasterio que de nuevo había sido destrozado por las hordas libertarias. Reconstruido el Monasterio, se le van consumiendo los años y la vida. Repleta de méritos, rica en tesoros de gracia sobrenatural, cumpliendo las' palabras de San Pablo 'sólo nos podemos gloriar de nuestros sufrimientos', caía en los brazos del Padre con la suavidad de un sueño plácido la madrugada del 27 de enero de 1891.

Juicio sobre su persona y vida:
Por razones de brevedad entresacamos solamente dos: Monseñor Esténaga, Obispo de Ciudad Real, que prologó el mejor libro escrito sobre la Madre Patrocinio, dice: "Admirable es Dios en sus Santos y por distintos caminos, sendas y carreras los lleva hasta la cumbre de la perfección. Si es maravilloso en todos, en Sor Patrocinio la maravilla raya a tal altura, que, muda la lengua y absorto el ánimo, no se acierta a otra cosa sino a alabar a Dios Nuestro Señor por esta obra excelsa de sus poderosas manos". Y el P. Solá, sj escribe: "No conozco mujer más fuerte y guerreadora: en su juventud, contra el demonio; en su edad adulta, hasta la muerte, contra sus emisarios, los hombres. En una y otra campaña, prolija, insidiosa, tenaz, ensangrentada, siempre triunfó por Nuestra Señora del Triunfo". Su fama de santidad crece más y más de día en día, y ahora con más claridad, a los cien años de su santa muerte. Confiamos en el feliz término de su proceso de beatificación, para gloria de Dios y de su Madre Inmaculada, en provecho de toda la Iglesia.

Causa de Beatificación: Para información sobre el Boletín Informativo de la Causa de Beatificación de La Sierva de Dios Sor María del Patrocinio, Concepcionista Franciscana,así como sobre la imagen de la Virgen del Olvido, biografias, novenas ,estampas y objetos de devoción, podeis dirigiros a:
Madre Abadesa
Concepcionistas Franciscanas
Plaza del Carmen, 2
19001-GUADALAJARA

lunes, 4 de abril de 2011

La OFS, qué es y quiénes somos


Qué es y quienes somos. La Orden Franciscana Seglar

En el seno de la Familia Franciscana, tiene un puesto peculiar la Orden Franciscana Seglar (O.F.S.), la cual como expresa su Regla ( Art. 2) y las Constituciones Generales (Art. 1,3), es una "orgánica unión de todas las fraternidades católicas esparcidas en el mundo y abiertas a todos los seglares en las cuales los hermanos y hermanas, impulsados por el Espíritu a alcanzar la perfección del amor en su propio estado secular, se comprometen mediante la Profesión a vivir el Evangelio a la manera de San Francisco según la Regla aprobada por la Iglesia".
Los franciscanos seglares intentan hacer presente el carisma de Francisco de Asís en la vida y en la misión de la Iglesia, de modos y formas diversa, pero en comunión vital recíproca. Tratan de observar el Evangelio al modo del Seráfico padre:
* pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio,
* buscando la persona viva y operante de Cristo en los hermanos, en la sagrada Escritura, en la Iglesia y en la eucaristía,
* haciéndose testigos e instrumentos de la misión de la Iglesia entre los hombres,
* anunciando a Cristo con la vida y la palabra, conformando su modo de pensar y de obrar al de Cristo mediante un cambio interior radical que el mismo evangelio llama " conversión",
* haciendo de la oración y la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar, imitando la disponibilidad incondicional de la Virgen María,
* cumpliendo fielmente los compromisos propios de la vocación buscando el justo desapego y purificando el corazón de toda tendencia y codicia de posesión y de dominio,
* adquiriendo la pureza de corazón para entregarse a Dios y a los hermanos,
* acogiendo a todos los hombres como hermanos y como don e imagen de Cristo,
* siendo promotores de iniciativas que contribuyan al desarrollo de la justicia y la paz,
* considerando el trabajo como don y participación en la creación, redención y servicio a la comunidad humana,
* viviendo el espíritu franciscano de paz, fidelidad y respeto a la vida,
* esforzándose por hacer de ello un signo ya renovado en Cristo,
* respetando a las otras criaturas, animadas e inanimadas, que "llevan el significado del altísimo",
* siendo portadores de paz y mensajeros de la perfecta alegría en toda circunstancia, mientras que injertados en la Resurrección de Cristo caminamos a la casa del Padre (Regl. Cap.II )

¿Quiénes son los Franciscanos Seglares?

Hombres y mujeres, como tú, que :
Desde la familia viven en el mundo intentando construir una sociedad más humana y cristiana.
Encuentran a Cristo, en los hermanos, en la Sagrada Escritura, en los Sacramentos, en la Iglesia y en los más pobres.
Imitan la disponibilidad de María, que fue siempre un “SÍ” a la voluntad de Dios.
Anuncian a Cristo con su vida y con la palabra.
Se reúnen en grupos de vida cristiana, que se llaman fraternidades.

¿Qué hacen los Franciscanos Seglares?

Viven el Evangelio, pasando del Evangelio a la vida y de la vida
al Evangelio.
Cumpliendo fielmente las obligaciones propias de su estado.
Haciendo de la oración el alma del propio ser y del propio obrar.
Simplificando las propias exigencias materiales para compartir con los demás.
Acogiendo a todos sin distinción.
Identificándose con los más humildes.
Buscando caminos de unidad y fraternidad, como portadores de paz, junto con todos los hombres de buena voluntad, para construir un mundo más justo y fraterno
Compartiendo, sin imponer, su FE y ESPERANZA con pleno respeto a otras creencias y sensibilidades.
Afirmando con sencillez su fe en Cristo, único Salvador del hombre.

Organización

La O.F.S. posee una organización completa y se rige por:
El Código de Derecho Canónico, La Regla de la O.F.S., las Constituciones Generales, el Ritual de la Orden y los Estatutos particulares.
La Regla de la O.F.S. "Regula Ordinis Franciscani Saecularis", determina la naturaleza, el fin y el espíritu de la OFS, fue aprobada por Pablo VI el 24 de junio de 1978 en el Breve Seraphicus Patriarcha. En ella se afirma que la "norma y vida" de los franciscanos seglares es "guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres.
La Regla se divide en tres capítulos:
La Orden Franciscana Seglar.
La forma de vida.
La vida en fraternidad.

A la actual Regla precedieron dos:
La promulgada por Nicolás IV el 18 de agosto de 1289.
La promulgada por León XIII el 30 de mayo de 1883.

Con anterioridad a la regla de Nicolás IV la Orden se rigió, desde 1221, por el Memoriale Propositi de Gregorio IX.
Las Constituciones generales O.F.S., aprobadas por la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, el 8 de septiembre de 1990, tienen como finalidad:
Aplicar la Regla
Indicar, en concreto, las condiciones de pertenencia a la OFS, el régimen de la misma, la organización de la vida de la Fraternidad, la sede.
El Ritual de la Orden Franciscana Seglar, aprobado por la Congregación para el Culto Divino y para los Sacramentos, el 17 de junio de 1983.
Los estatutos particulares, en el caso de España, El Estatuto de la Fraternidad Nacional de la O.F.S. de España, aprobado el 20 de junio de 1996.

Estructura de la OFS

La O.F.S. se estructura en cuatro niveles: local, regional, nacional e internacional.

Las fraternidades en todos los niveles son animadas y guiadas por un Consejo y un Ministro (o Presidente). Este Consejo debidamente elegido en los distintos niveles, según establecen las C.C.G.G. de la O.F.S., está formado por los siguientes oficios: Ministro, Vice-Ministro, Secretario, Ecónomo, y Responsable de la Formación. Forma parte del Consejo por derecho, el Asistente Espiritual de la Fraternidad.
La Fraternidad Local
"Es la primera célula de toda la Orden y signo visible de la Iglesia que es una comunidad de amor. La Fraternidad deberá ser el lugar privilegiado para desarrollar el sentido eclesial y de la vocación franciscana, y, además para animar la vida apostólica de sus miembros."
(Regla Art.22).
La Fraternidad Regional
La Fraternidad Regional "asegura la vinculación entre las fraternidades locales y la Nacional"

(Constituciones 61).
La Fraternidad Nacional
"La Fraternidad nacional es la unión orgánica de las Fraternidades locales existentes en el territorio de un país o entidades nacionales."

(Constituciones 65,1)
La Fraternidad Internacional
"La Fraternidad Internacional está constituida por la unión orgánica de todas las fraternidades franciscanas seglares católicas del mundo. Se identifica con la totalidad de la O.F.S." (constituciones 69,1).
"La Fraternidad Internacional es animada y guiada por el Ministro o Presidente, con el Consejo Internacional (CIOFS) que tiene sede en Roma (Italia)" (Constituciones 69,2).
"El Consejo Internacional se reúne en Capítulo General OFS con poder legislativo, deliberativo y electivo" (Constituciones 70,3) Presencia y campos apostólicos
La Orden Franciscana Seglar como parte integrante de la Familia Franciscana forma parte de la Comisión Interfranciscana tanto a nivel Nacional como Internacional.
Como miembros vivos y activos de la Iglesia está representada en el Foro de Laicos.

El carácter secular y la misión específica propios del carisma seglar franciscano lleva implícito el ámbito de su apostolado: el servicio en la iglesia y en su misión, haciendo presente a Cristo en los diversos ambientes de la sociedad.
Llamados a construir un mundo más fraterno, estén presentes con el testimonio de su vida y con iniciativas eficaces, tanto individuales como comunitarias, en la promoción de la justicia, a favor de los más pobres y desvalidos; inmersos en el mundo, los franciscanos seglares colaboran en actividades que contribuyen a la erradicación de toda marginación, en el reconocimiento de los derechos humanos, la libertad la justicia y la paz, propiciando la salvaguarda de la creación; portadores de paz y mensajeros de la perfecta alegría tratan de irradiar a los demás el gozo y la esperanza. ( Regl. 14,15,18 y 19)

Comienzo de la OFS .

Así comenzó la Orden Franciscana Seglar
• Francisco abrió los ojos de muchos hombres sencillos para que viesen las maravillas de Dios ...
• Muchas personas de uno y otro sexo, corrían en seguimiento de su doctrina....
• Viendo crecer el número de estos discípulos les dio su “forma de vida”
• Francisco de Asís descubrió el Evangelio como camino de vida.
• Millones de hombres y mujeres, seglares, sacerdotes, monjas de vida contemplativa, religiosos y religiosas, han descubierto el Evangelio y lo viven al estilo de Francisco de Asís. Forman la FAMILIA FRANCISCANA.

La Orden Franciscana Seglar (OFS) de Aranjuez

 
OFS de Aranjuez

La OFS de Aranjuez se fundó en el s.XX, y siempre estuvo ligada a la Iglesia y Convento de San Pascual.Veamos primeramente la historia de éstos.


 
Historia de la Iglesia de San Pascual y los franciscanos de Aranjuez
Siglo XVIII

El Monasterio de San Pascual (conocido antiguamente como San Pascual de los Gilitos) fue fundado por el Rey Carlos III el grande, construido a sus expensas y dirigido por el ingeniero D. Francisco Sabatini jefe de ingenieros y maestro mayor de palacio, auxiliado del teniente y facultativo italiano D. Luis Bernasconi. Comenzó a construirse, debido a la devoción que dicho Rey tuvo a la religión descalza de San Pedro de Alcántara y a su fundador San Francisco, el mes de Agosto 1765 y se concluyo dicha construcción a finales de Enero de 1770 bendiciéndose y diciendo la primera misa el día del Santo tutelar el 17 de Mayo, San Pascual Bailón. Don Juan Antonio Álvarez de Quindos y Baena, criado de S. M., el Monasterio de San Pascual, describió así la obra:
"La arquitectura de la fachada es de orden dórico con columnas y pilastras en el primer cuerpo, con frontispicio en el centro y un escudo de las armas Reales en el segundo cuerpo: a los lados dos torrecitas, en que están el reloj y las campanas, que hacen bella armonía.

En lo interior guarda el mismo orden y la figura de cruz latina con dos cuerpos y cuatro capillas. La mayor con su crucero y media naranja proporcionada. El altar mayor le adornan dos columnas y pilastras grandes, y sobre el arquitrabe la adoración de la Santa Cruz por dos querubines de estuco. En el centro un gran cuadro del Santo Tutelar, con marco de mármoles y bronces dorados, y el tabernáculo, gradas y mesa de altar de lo mismo. Alos lados en el mismo testero hay dos urnitas, también de mármoles y bronces, muy graciosas, en que están colocadas en grandes y ricos relicarios de cristal, con pedestal y engarce de plata, dos reliquias de San Pascual y San Diego de Alcalá.Los demás altares son igualmente de mármoles y bronces con marcos de yeseria. Las pinturas primeras que se pusieron fueron de mano de Don Josef Bautista Trepolo,(Tiépolo) pintor de cámara, admirado de los profesores por el nuevo camino y gran capricho de sus pinturas. Mando su Majestad se quitaran, colocándolas en los tránsitos del convento, y se pusieron en el altar mayor el admirable cuadro de San Pascual, obra del incomparable Don Antonio Rafael Mengs y en el colateral del lado del evangelio una Concepción de mano de Don Francisco Bayeu. En el de la epístola otro lienzo de San Francisco en el rapto de la impresión de las llagas de nuestro Redentor, y en los demás altares San Josef, San Pedro de Alcántara y San Antonio de Padua, obras de Don Mariano Maella, pintor de cámara. En otro altar se puso un santísimo Cristo de más de una vara de alto, de marfil, bien executado, con cruz y peana preciosísimas, que había regalado al rey el Sumo Pontífice. A la parte del mediodía está el convento de sólida fábrica de bóveda con rosca de ladrillo, sin más madera que las puertas, ventanas y armadura. Los claustros alto y baxo son capaces, con un bello patio en el centro: todas las oficinas cómodas y proporcionadas, dirigidas por dos religiosos que corrieron con la obra; y no tienen mayor amplitud los dormitorios por no permitirlo su regla: los del piso principal para la comunidad de la casa, (En dicho convento se establecieron, en las celdas altas, la comunidad de descalzos de San Gili compuesta de 22 sacerdotes, 2 coristas y 4 legos, presididos por Fray Luis de Consuegra, último confesor de Carlos III, y en las celdas bajas los Religiosos de San Buenaventura de Ocaña) y los del baxo para la de San Buenaventura de Ocaña, del mismo orden, que asisten en el Sitio las jornadas de S. M. En el refectorio hay un buen cuadro de la última cena de nuestro salvador, pintura de Don Mariano Maella y en los ángulos del claustro baxo cuatro grandes y maravillosos de Don Francisco Bayeu, que representan la Anunciación de nuestra Señora, el nacimiento del Señor, su ascensión a los cielos, y la venida del Espíritu Santo. También es de la misma mano una nuestra Señora con su santísimo Hijo en los brazos, colocada en el antepecho del coro. Por parte del medio día y oriente circunda al convento una huerta, jardín y bosque con todo género de árboles frutales, laureles, pinos, cipreses, olivas, parra y otros." (Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez).
Tiépolo: En cuanto a Tiépolo,sus principales trabajos en la capital española son los frescos del Palacio Real, entre los que destacan los del Salón del Trono y una serie de cuadros para el altar de la iglesia de San Pascual de Aranjuez

Inmaculada Concepción
Fue elaborada para uno de los altares laterales de la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez. El encargo, realizado tras finalizar la decoración de los techos del Palacio Real, constaba de siete lienzos, entre los que destacan también San Pascual Bailón y San Antonio de Padua. Sigue las pautas del Barroco italiano de finales del siglo XVIII. La Virgen se sitúa en el centro, sobre la bola del mundo, pisando la serpiente que simboliza el mal. A su alrededor, aparecen ángeles y querubines y, en la parte superior, está la paloma del Espíritu Santo. El estudio de la luz y el tono sepia dan al cuadro sensación de sobrenaturalidad.Actualmente en el Museo del Prado



San Pascual Bailón
Formaba parte del lienzo que decoraba el altar mayor de la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez, en concreto, la zona baja. Representa la visión que tuvo San Pascual del ángel. El santo aparece arrodillado, con el hábito franciscano y con la cabeza levantada hacia el ángel. En la actualidad, nosotros no vemos al ángel porque el cuadro fue dividido en dos partes. Tiépolo muestra al santo con gesto medio incrédulo, medio convencido de lo que ve y se centra en los detalles, en el cordón, la medalla con el crucifijo o los pliegues del hábito. Todo ello realizado con gran precisión de dibujo.Actualmente se encuentra en el Museo del Prado. En San Pascual, se encuentra una obra de Mengs representando también a San Pascual.

 
San Francisco

Fue pintado también para la iglesia del convento de San Pascual en Aranjuez. San Francisco está recibiendo los estigmas y eleva su mirada hacia Dios en actitud de agradecimiento. El fondo está compuesto por nubes y los tonos empleados muestran la riqueza cromática Tiépolo y enfatizan el dibujo.También en el Museo del Prado


Las banderas americanas
Poco después de esto tuvo lugar un suceso muy poco conocido relacionado con el convento de San Pascual: En la guerra contra los ingleses , en territorios americanos, en 1781, tuvo lugar lo que a continuación se describe:
"Campaña de 1781: Supuso la victoria definitiva de Galvez, al tomar Pensacola, logrando con ello el dominio de toda la Florida, lo que supuso un notable apoyo para los independentistas norteamericanos. La guarnición inglesa de Pensacola y sus fuertes estaba mandada por D,. Pedro Chester, Capitán General y Gobernador de West Florida, secundado por D. Juan Campbell, Comandante de las tropas del mismo territorio, y contaba con unos 1400 hombres, pertenecientes al 16º Rgto. inglés (destinado en el reducto de la Reina), el 60º inglés (en el reducto de Gales), el 3 er. Rgto. alemán de Waldeck, los Rgtos. de Realistas de Pensilvania y Maryland, los West Florida Royal Forresters1, la Royal Artillery, los Dragones de Maryland, y unos 950 indios grigs, negros, civiles armados y marinos de los buques HMS Mentor y Port Royal . La ceremonia de la rendición es así descrita por el mismo Bernardo de Galvez: "el 10 (10-V-1781) a las 3 de la tarde se formaron a 500 varas del fuerte Jorge 6 cias. de granaderos y las de cazadores de la Brigada francesa, a cuya distancia salió el General con su tropa y después de haber entregado las banderas del Regimiento Waldeck, y una de artillería, con las ceremonias acostumbradas rindieron sus armas". Por otra parte el Mariscal de Campo Juan Manuel Cagigal, comisionado por D. Bernardo, ocupó las Bahamas por capitulación, en Nassau de Nueva Providencia (8-V-1782), del Gobernador Maxwel con sus 299 soldados, veteranos y de milicias Mientras , su padre, D. Matías de Gálvez, Gobernador y Capitán General de Guatemala, había obtenido también importantes triunfos sobre los ingleses en Guatemala, Nicaragua y Honduras: reconquistando el castillo de San Fernando de Omoa (28-XI-1779), combatiendo en el Río San Juan de Nicaragua y tomando la isla de Roatán (16-III-1782). Las banderas tomadas en esta última acción fueron enviadas por Don Matías a su hermano D. José, Ministro de la Guerra , a bordo de la balandra Santísima Trinidad, que partió hacia España el 21 de Abril; el mismo D. Matías escribía a este respecto: "llevan los edecanes, tres banderas de las seis que se tomaron en Roatán, y no van todas por estar las otras rotas y desechas.." Ese mismo mes tomó D. Matías los fuertes de "Que-Priba" el 30 de Marzo, y el de "Criba o Phithe" el 1 de Abril, logrando así la expulsión de los ingleses de la región de Río Tinto. Los Trofeos de todas estas campañas "americanas"- a excepción de la bandera que ahora nos ocupa - tras pasar por la aduana de Sevilla fueron entregados a "la Mesa de la Guerra", en 1783, para que realizase su reparto. Los trofeos fueron distribuidos en 4 cajones de madera sellados con las armas Reales y destinados respectivamente a la
iglesia de San Pascual de los Gilitos, de Aranjuez (Madrid), al Templo del Pilar (Zaragoza), a la capilla Real de la catedral de Sevilla y a la catedral de Santiago. El de los "Gilitos" contenía "banderas y estandartes" (¿dos de cada?) y fue entregado al superior del Convento en 1784, no siendo colocados en la iglesia hasta 1786.
¿Dónde habrán ido a parar estos trofeos?

Siglo XIX
Trascripción de unas normativas para la comunidad descalzos de San Francisco según narra Juan Antonio Álvarez de Quindos y Baena en su obra: Descripción Histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez (1804) "Todos sus sacrificios y oraciones, a excepción de las obligaciones de la Orden y de sus hermanos, se han de aplicar por sufragio del fundador y por la salud y aciertos de S.M. reinante, sin que puedan salir a predicar ni celebrar misa fuera de su casa, ni tomar limosna de particulares. Han de asistir a decir misa los días de precepto a los oratorios de estos bosques que el Gobernador les señale. Ha de haber siempre un religioso señalado para agonizante, que salga a socorrer a los fieles, y los confesores tengan continua asistencia al confesionario. Para firmeza y perpetuidad de estas condiciones se otorgo escritura solemne por el Gobernador Don Francisco Pascual de Bonanza y el Capítulo provincial de la Orden ante el escribano de esta Gobernación Jacinto López de Lillo, en Aranjuez a 26 de Agosto de 1770...". Como ya hemos visto, en la narración de D. Juan Antonio Álvarez, los Franciscanos se establecieron en el piso principal, dejando las celdas del claustro bajo para los religiosos de San Buenaventura de Ocaña que asisten en el Sitio las jornadas de su Majestad. Posteriormente se aumento el número de religiosos, instalándose una cátedra de gramática latina y escuela de niños, en los años 1818 y 1825. En 1836 tuvo lugar su desahucio por la extinción de las comunidades religiosas y como consecuencia, cerrado su templo al culto público. Se volvió a abrir en 1845, con un rector y dos capellanes, devolviéndose además las ropas, librería y algunas alhajas que habían sido trasladadas a Palacio. Así mismo fueron devueltas las reliquias de San Pascual y San Diego de Alcalá, que desde la inauguración se habían colocado en las hornacinas del Presbiterio. En el año 1852 los reyes dieron permiso para que se estableciese en dicho convento la comunidad de misioneros Franciscanos Descalzos de San Gregorio; pero con motivo de la revolución de 1854 lo abandonaron el 5 de Agosto de dicho año trasladándose a uno de su propiedad situado en Pastrana. Siguió la iglesia abierta al culto público, sosteniendo su culto dos capellanes de este Real Sitio, hasta el 17 de Abril de 1857 en que por concesión de los Reyes y orden del Cardenal Arzobispo de Toledo, se traslado al convento la Comunidad de Concepcionistas Franciscanas de Torrelaguna.Las Concepcionistas Franciscanas celebraron en 2007 el 150 aniversario de su establecimiento en este convento. La fundadora de las Concepcionistas fue Santa Beatriz de Silva.
Se narra, en la información facilitada por la Madre Sacramento, "para historiar más extensamente el establecimiento de dicha Comunidad Religiosa en este Real Sitio de Aranjuez, nos remontaremos al nacimiento de la Venerable Madre que la presidía y que en nombre de ella aceptó la donación que magnánimamente le hizo S.M. Isabel II. El 27 de Abril del año 1811, D. Diego de Quiroga y Valcárcel huía de Madrid para salvar de la invasión francesa intereses del Real Palacio que, en razón de su cargo, guardaba. Precediéndole separadamente, para mayor seguridad de sus vidas, huía también su esposa doña Dolores Capopardo de Castillo, la cual se hallaba en cinta. Al llegar al Pinar en San Clemente de la Mancha, sintió doña Dolores los síntomas del alumbramiento y, sin poderlo evitar, allí mismo dio a luz una hermosísima niña. Embargado su ánimo por el temor que motivaba la huída, abandonó ante la nieve el fruto de sus entrañas, pedazo nobilísimo de su corazón. Transcurridos tres días, pasó por el mismo sitio D. Diego, quien oyéndose llamar con el dulce nombre de padre, sospecho lo ocurrido, bajose del caballo, contempló a la recién nacida y reconociéndola por hija, la tomo en sus brazos y acariciándola con ternura, imprimió en su frente el primer beso de su amor. Cargó enseguida con su rico tesoro y dando gracias a Dios, llegose con él al pueblo inmediato de Valdeganga (Cuenca), donde avisada la abuelita materna fue bautizada esta angelical criatura por el reverendo padre Francisco Montoro, imponiéndosele el nombre de Maria Josefa Dolores Anastasia. Nombre que, al ingresar en religión a sus diecinueve años, en la Comunidad de Religiosas Concepcionista Franciscana en Madrid, el 19 de enero de 1829, cambió por el de Sor María Rafaela de los Dolores y Patrocinio. Circunstancias no comunes acompañaron el nacimiento de esta niña que, andando el tiempo, habría de llenar con su fama, el agitado siglo XIX, merced a sus virtudes y a las gracias extraordinarias que Dios la concedió. Unos la veneraban como a santa, y otros (los enemigos de Dios) la vilipendiaban y calumniaban, haciéndola blanco y objeto de crueles persecuciones y destierros. Todo lo sufría esta "mujer fuerte" con una mansedumbre a toda prueba, sin más norte que la voluntad de Dios manifestada a través de su Prelado y alentada con la compañía de la imagencita de Nuestra Señora del Olvido Triunfo y Misericordias que la acompaño a todas partes. Esta mujer varonil para las batallas de Dios, dulce y mansa en cambio para con todos, incluso con sus mismos perseguidores, cuya animadversión se convirtió muchas veces en admiración y respeto al tener la suerte de tratarla. Para sus Madres, Hermanas y después hijas queridísimas fue corazón desbordante de amor y espejo preclaro de todas las virtudes. Sufrió varios destierros, decretados por el gobierno, merced a las nobles calumnias de que era objeto. Otras tantas veces fue incorporada a su querida comunidad de Caballero de Gracia (hoy Blasco de Garay), Madrid, donde primero como súbdita y después como Prelada, se la amaba y veneraba por su santidad. En este convento recibió la impresión de las llagas, en los primeros años de su vida religiosa. Estando desterrada en Benavente (Zamora), el gobierno dio una orden mandando cerrar los conventos que no contasen con doce religiosas como mínimo. En el convento de Concepcionistas de Torrelaguna, solo habían quedado tres religiosas entonces el Cardenal de Toledo, bajo cuya jurisdicción estaba también Madrid, decidió reformar esta comunidad con monjas de la Madre Patrocinio. Así se lo propuso en su destierro y ella, anhelando vivir alejada de la Corte, a pesar de conocer la pobreza e incomodidades de este Convento por haber estado desterrada en él, acepto inmediatamente la propuesta, renuncio a su cargo de Abadesa en Caballero de Gracia y con diez religiosas más de su monasterio, se traslado a Torrelaguna (Madrid). Vivian las religiosas en este "Portalico de Belén", como llamaba la sierva de Dios a este monasterio, en medio de la más absoluta pobreza, con privaciones sin cuento, pero con desbordante paz y alegría, en torno a su amada Madre Patrocinio a la que amaban con intensa ternura y de la que, todas sin excepción, se sentían igualmente amadas. Permitió Dios que fuesen visitadas en Torrelaguna las religiosas, por el Presidente del Gobierno de S. M. Isabel II, que en otro tiempo decretó el destierro de nuestra Venerable Madre, y al ver a la "temida" monja en aquel ambiente de austeridad y auténtica pobreza, y a sus hijas plenamente felices en torno a ella a pesar del mal acondicionamiento del convento y privaciones de todo género que debían imponerse. Visto esto, repito, por uno de sus más encarnizados enemigos, convirtió en admiración, veneración y respeto, el odio que antes había albergado en su corazón hacia esta inocente víctima. Él mismo informó a la Reina del mal estado en que vivían Sor Patrocinio y sus monjas. Merced a esta información, Isabel II resolvió, de acuerdo con su gobierno, trasladarlas a otro punto, y para ello eligió S. M. el convento de San Pascual de Aranjuez. Se sigue narrando, en la información facilitada por la Madre Sacramento, : "Nos ha parecido dar a conocer algo de un alma tan grande, gloria de nuestra Orden Concepcionista, conocida en el siglo pasado por "la monja de las llagas" , antes de entrar de lleno en la historia de la fundación, o más bien, del establecimiento de nuestra Comunidad de este Real Convento de San Pascual". Continuando diremos que escribió la Reina una cariñosísima carta a la sierva de Dios manifestando su deseo de que saliera de Torrelaguna y ofreciéndole el expresado convento de San Pascual. Ella, aunque agradecida, rehusó el real ofrecimiento suplicando la dejasen tranquila en su retiro de Torrelaguna. Insistió S. M. diciendo que era su voluntad y que quería hacer ese obsequio al Señor y a la Santísima Virgen del Olvido Triunfo y Misericordia. Ante tan generoso y piadoso ofrecimiento la Venerable Madre no tuvo más remedio que rendirse, aceptando agradecida lo que la providencia divina, por medio de la magnificencia de SS. MM. Se dignaba ofrecerle. Hicieron los Augustos Monarcas donación del Real Convento, con escritura pública y con todas las formalidades que requería el caso, con la aprobación y satisfacción de los reverendísimos prelados, Cardenal Arzobispo de Toledo y Nuncio de su Santidad, y, lo que es más, con el beneplácito del Papa Pio IX, al que S. M. la Reina dio cuenta de todo lo hecho. El día 16 de Abril del año 1857, muy de mañana, partió de Torrelaguna camino de Aranjuez, una comitiva insigne formada por la sierva de Dios y sus religiosas, los dos Vicarios de la Comunidad y los representantes de los Superiores Eclesiásticos. Al día siguiente quedó instalada la amada y Venerable Madre Patrocinio y su comunidad en dicho Real Convento (17 de Abril de 1857). Una vez instaladas en Aranjuez, hubo un gran movimiento de vocaciones jóvenes que, movidas por Dios, pidieron el hábito. En tales proporciones fue este movimiento, que, en tres meses, ingresaron hasta 32 novicias, algunas de muy ilustre linaje. Por tanto, en poco más de medio año de fundación, llegaron a ser más de 50 monjas, todas animadas del más ferviente espíritu y deseo de perfección, emulando a su santa Prelada. Aprovechando la sierva de Dios esta coyuntura maravillosa que Dios le ofrecía emprendió decididamente, llena de fervor y fortaleza, la reforma de la Comunidad en todos aquellos puntos que la relajación había introducido, contrarios al espíritu de la Santa Regla y constituciones, especialmente en lo referente a la pobreza seráfica, al oficio Divino y al culto a la Santísima Eucaristía. El primer capítulo de elección de Prelada, celebrado en Aranjuez, fue presidido por el Señor Cardenal Arzobispo de Toledo, Excelentísimo Sr. D. Fray Cirilo de Alameda y Brea. Por especial concesión, asistieron a el SS. MM. D. Francisco de Asís y Borbón y Doña Isabel II. Salió electa por unanimidad la Venerable Madre Patrocinio, con gran gozo de todas sus hijas, solo el corazón de ella quedo verdaderamente crucificado. Los Augustos Monarcas salieron edificadísimos del acto y llenos de emoción sus piadosos corazones. De este convento de Aranjuez y siendo Prelada la sierva de Dios, salieron monjas para fundar en los sitios Reales de la Granja, El Pardo, El Escorial y Loyola, Alcázar de San Juan y Guadalajara, siendo ella Prelada de Aranjuez. Al fundar el último convento de Guadalajara, fijó en él su morada con el fin de vivir retirada de la Corte, dedicada toda al servicio de Dios. En este convento murió santamente el día 27 de Enero de 1891.
Hay que hacer mención de que, el 13 de Diciembre de 1868, por decreto de la Junta Revolucionaria, quedó suprimida "la celebre y religiosísima Comunidad de San Pascual de Aranjuez". Con el mayor orden fueron trasladadas las religiosas al convento de Clarisas Descalzas Reales de Madrid. La llegada de la comunidad fue de inmensa alegría para las religiosas de aquel convento. Casi dos años estuvieron las monjas de Aranjuez en las Descalzas de Madrid, cumpliendo exactísimamente sus deberes y prácticas regulares, y edificando con sus ejemplos de virtud a sus hermanas las clarisas. Su retorno a Aranjuez se verificó el 27 de Octubre de 1870. La entrada de la Comunidad en este Real Sitio fue verdaderamente acogedora, los mismos que habían trabajado en su expulsión se sentían felices al volverlas a restituir de nuevo a su monasterio.

Siglo XX
A partir de entonces la Comunidad siguió morando tranquila y santamente en este regio convento de San Pascual, ayudándose de su trabajo para su sostenimiento, pues con el correr de los tiempos, el Real Patrimonio a cuyas rentas estaba sujeta la fundación, no las favorecía como al principio. Sostuvo siempre una clase de niñas pobres, hasta el año 1931 en que el Gobierno republicano mandó cerrarla por completo. El día 23 de Marzo de 1936, casi tres meses antes de estallar la guerra o Movimiento Nacional, a las tres de la madrugada, tuvo que salir de incógnito la Comunidad compuesta de 33 religiosas, por orden expresa del Excelentísimo Prelado de la Diócesis, pues para dicha fecha, los ánimos de los rojos vecinos de Aranjuez estaban excitadísimos contra ellas y se temía, no sin fundamento, un asalto al Convento. Era entonces Abadesa la Reverenda Madre María Asunción Aisa, y Vicaria, Madre María Margarita Sanz Bernuy. A estas dos Madres les tocó durante la guerra soportar el peso y la responsabilidad de la Comunidad dispersa, unas con los familiares, otras con personas caritativas que las acogieron en sus casas y las más que se pudo reunidas en un piso en Madrid. En aquellos aciagos días, a pesar de las situaciones difíciles que tuvieron que afrontar, siempre, siempre veló la Divina Providencia por esta Comunidad, tanto en lo material como en lo espiritual. Exceptuando los primeros días de la revolución, siempre se tuvo en el piso la Santa Misa diaria y el Santísimo Sacramento reservado. Se rezaba el Oficio Divino en Comunidad y se tenía con una solemnidad relativa el Monumento y demás oficios litúrgicos de Semana Santa. Después de pasar muchos trabajos, sustos y sufrimientos, llego el día de la liberación de Madrid, año 1939. El amado convento fue ocupado inmediatamente por la Dirección General de Prisiones, aunque según decían, de una manera provisional. La Comunidad, hasta hacer las reclamaciones competentes ante el Ministerio de Justicia y Patrimonio Nacional, tuvo que reunirse en el Convento de sus queridas hermanas de Mártires Concepcionistas, que las acogieron con amor y caridad ya que las unía un lazo de verdadero cariño. No les fue fácil recabar de la Dirección de Prisiones el desalojamiento del Convento, ya que de momento no tenían donde meter los presos. Apoyadas, no obstante, por el entonces Sr. Cura Párroco, Reverendo D. Gabriel Martínez Gutiérrez (ya fallecido), y por el Administrador del Patrimonio de Aranjuez, consiguieron las dejaran cuatro claustros grandes con patio en el centro, y un claustro pequeño con seis celdas. A más de la casa del capellán y la iglesia y el coro. Dichosas de haber conquistado aunque sólo fuera un rinconcito de su monasterio, decidieron trasladarse a él aunque tuviesen que apurar el sacrificio de todas las incomodidades que se les presentaban en perspectiva. Realizaron el traslado el día 29 de Noviembre del año 1939. Ese día constituyo para la Comunidad un triunfo apoteósico. Esta oyó la Santa Misa en la Iglesia de San Antonio, habilitada como parroquia, y desde allí, formadas las religiosas, en dos coros, y acompañadas de todas las autoridades civiles, militares y religiosas fueron procesionalmente hasta el convento. Cerraba la procesión la Reverenda Madre Abadesa María Asunción Aisa Junqueras, que llevaba en sus manos la imagencita de la Santísima Virgen del Olivo, Triunfo y Misericordia. Todo Aranjuez se volcó a la calle para acompañarlas con júbilo y regocijo inmenso. La comunidad constaba entonces de 24 religiosas por haberse muerto algunas durante la guerra y haber quedado otras en la comunidad de Mártires Concepcionistas, que entonces sólo contaba con cinco miembros y dos postulantas, por haber martirizado a las Madres de la comunidad. En el reducido espacio antes citado, estuvieron viviendo muchos años. Para que no vinieran otras religiosas a hacerse cargo de la Administración de la prisión, tuvieron que encargarse de ellas mismas de dicho cometido, con permiso de su Excelentísimo Prelado. Aprovechando la coyuntura de que los presos podían redimir con el trabajo, ellos mismos se ofrecieron a restaurar la parte de convento correspondiente a la comunidad, sobre todo la iglesia y coro. En este último pintaron varios motivos religiosos en las paredes y techos, entre ellos a la Beata Madre Beatriz cobijando a un grupo de Concepcionistas y a la Venerable Madre Patrocinio en uno de los episodios de su vida mística. Pasados unos años, al disminuir el número de presos, casi de incógnito y sin poderlo evitar la comunidad, llevo la Dirección de Prisiones un reformatorio de mujeres... y al frente las religiosas Oblatas del Santísimo Redentor. La religiosas comenzaron, desde 1949, de nuevo a gestionar la devolución de la totalidad del convento. Una audiencia con el Caudillo, Jefe del Estado Español, otra con su Excelencia la Señora. Por fin el primer viernes de Marzo de 1954, en consejo de ministros, el Jefe del Estado manifestó al Ministro de Justicia el deseo de devolver el convento a la comunidad. Inmediatamente se dieron las órdenes oportunas y llego el ansiado traslado del reformatorio de mujeres. Aunque hasta el mes de Mayo de ese mismo año no se hizo el acta de entrega. Cuando entraron a inspeccionarlo todo. ¡Dios mío! ¡Cómo estaba!. con las huellas de las tres ocupaciones sucesivas: en la guerra, cuartel de milicias; después prisión de hombres; luego reformatorio. No obstante se sentían felices. Dios abriría “puerto de claridad” para su restauración. Entonces era abadesa la Reverenda Madre Asunción Aisa Junqueras, Vicaria y más tarde, primera Presidenta de la Federación Castellana la Beata Beatriz. Ambas comenzaron las gestiones en orden a la restauración. Solo Dios sabe los pasos que hubieron de dar a tal efecto, hasta que por fin, se consiguió que primero “Regiones Devastadas” y más tarde el Instituto de la Vivienda les hicieran las obras de restauración.

Procedencia de los textos:

Para la historia del Convento de San Pascual:
para la historia de las banderas capturadas a los ingleses:
para los cuadros de Tiépolo,