lunes, 17 de marzo de 2025

Retiro de Cuaresma

Paz y Bien hermanos

Ayer, Domingo 16 de Marzo , tuvimos un primer pequeño retiro cuaresmal. Después de la oración comunitaria de Vísperas, en la capilla del Convento de Concepcionistas Franciscanas , nuestro hermano Pepe Villanueva, encargado de la formación de nuestra fraternidad. nos habló de las virtudes teologales, haciendo hincapié en la Esperanza, ya que el Papa Francisco “invita a vivir el Jubileo 2025 como 'peregrinos de esperanza' y pide que estemos disponibles para Dios. Después tuvimos un tiempo de oración y recogimiento. Asistimos toda la hermandad en pleno.


 

lunes, 10 de marzo de 2025

Tercer capítulo electivo en la fraternidad de San Pascual

 


El pasado 8 de marzo, sábado, día en que la familia franciscana honra el martirio de San Miguel Kosaki de Isco, OFS, tuvo lugar el tercer capítulo electivo de la fraternidad de San Pascual, en Aranjuez.

A este capítulo acudieron los hermanos profesos de la Orden, así como la viceministra de zona, Mercedes Alonso, y Fray Valentín Redondo, OFM Conv.

Tras una breve memoria sobre el peregrinar de la fraternidad de San Pascual, el capítulo comenzó con el rezo de vísperas y la invocación al Espíritu Santo, para que guiase el entendimiento de los hermanos electores.

Ángel Torres fue elegido ministro, relevando en el cargo a Conchi Revuelta. Francisco López fue elegido viceministro, dejando de esta forma el puesto de secretario que había desempeñado durante los últimos años. Pepe Villanueva seguirá como  formador de la fraternidad, ocupándose, entre otras funciones, de la formación de los dos hermanos en formación de esta fraternidad. Conchi Revuelta será la secretaria de la fraternidad, y Juan Luis Gómez, que ocupaba el cargo de viceministro, se hará cargo de la tesorería.

Concluyó el capítulo con la oración comunitaria de los asistentes, manifestando la aceptación a la voluntad de Dios, reflejada en la elección de estos cargos..

Damos gracias a Dios por el gran regalo de nuestra vocación franciscana, y le pedimos que siga guiando nuestro peregrinar en esta bella localidad del sur de Madrid.

Paz y bien.

 

miércoles, 8 de enero de 2025

Octavo centenario del cántico de las criaturas

La celebración de apertura del Cántico de las Creaturas del 11 de enero comenzará a las 10am (Asís) y será posible seguirla por streaming a través del sitio web www.centenarifrancescani.org o a través de nuestro canal de YouTube oficial//www.youtube.com/@ofmcaptv

 


viernes, 27 de diciembre de 2024

Concepcionistas Franciscanas de Aranjuez


 

Os recomendamos visitéis la página web de nuestras hermanas Concepcionistas Franciscanas de Aranjuez:

https://www.concepcionistasaranjuez.com/


jueves, 12 de diciembre de 2024

HOY CELEBRAMOS EL HALLAZGO DEL CUERPO DE SAN FRANCISCO.

 


HOY CELEBRAMOS EL HALLAZGO DEL CUERPO DE SAN FRANCISCO. 
 

San Francisco murió en la Porciúncula al atardecer del 3 de octubre de 1226, y su cuerpo fue enterrado al día siguiente en la iglesia de San Jorge, de Asís. El 25 de mayo de 1230 fue trasladado solemnemente a la nueva basílica construida en su honor y, para evitar hurtos de tan valiosa reliquia, se le enterró con tal secreto, que no se sabía el lugar exacto en que reposaba. Así pasaron los siglos, sin que los papas permitieran exploraciones, hasta que Pío VII autorizó las oportunas excavaciones: la tumba y el cuerpo del Santo se hallaron, debajo del altar mayor de la Basílica, el 12 de diciembre de 1818. Acomodado el lugar, se expuso allí el sarcófago a la veneración de los fieles. En 1978 Pablo VI autorizó un nuevo reconocimiento de los restos del Santo que, una vez tratados de manera conveniente, fueron repuestos en la cripta rehabilitada. León XII estableció en 1824 que la Orden franciscana celebrara la fiesta del Hallazgo, fiesta ahora suprimida.

miércoles, 11 de diciembre de 2024

FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO, Nº 2

 Cómo messer Bernardo, primer compañero de San Francisco,se convirtió a penitencia

El primer compañero de San Francisco fue el hermano Bernardo de Asís, cuya conversión fue de la siguiente manera: San Francisco vestía todavía de seglar, si bien había ya roto con el mundo, y se presentaba con un aspecto despreciable y macilento por la penitencia; tanto que muchos lo tenían por fatuo y lo escarnecían como loco; sus propios parientes y los extraños lo ahuyentaban tirándole piedras y barro; pero él soportaba pacientemente toda clase de injurias y burlas, como si fuera sordo y mudo. Messer Bernardo de Asís, que era de los más nobles, ricos y sabios de la ciudad, fue poniendo atención en aquel extremo desprecio del mundo y en la gran paciencia de San Francisco ante las injurias, y, viendo que, al cabo de dos años de soportar escarnios y desprecios de toda clase de personas, aparecía cada día más constante y paciente, comenzó a pensar y decirse a sí mismo:

-- Imposible que este Francisco no tenga grande gracia de Dios.

Y así, una noche lo convidó a cenar y a dormir en su casa. Y San Francisco aceptó; cenó y durmió aquella noche en casa de él.

Entonces, messer Bernardo quiso aprovechar la ocasión para comprobar su santidad. Le hizo preparar una cama en su propio cuarto, alumbrado toda la noche por una lámpara. San Francisco, con el fin de ocultar su santidad, en cuanto entró en el cuarto, se echó en la cama e hizo como que dormía; poco después se acostó también messer Bernardo y comenzó a roncar fuertemente como si estuviera profundamente dormido. Entonces, San Francisco, convencido de que dormía messer Bernardo, dejó la cama al primer sueño y se puso en oración, levantando los ojos y las manos al cielo, y decía con grandísima devoción y fervor: «¡Dios mío, Dios mío!» Y así estuvo hasta el amanecer, diciendo siempre entre copiosas lágrimas: «¡Dios mío!», sin añadir más (2). Y esto lo decía San Francisco contemplando y admirando la excelencia de la majestad divina, que se dignaba inclinarse sobre el mundo en perdición, y se proponía proveer de remedio, por medio de su pobrecillo Francisco, a la salud suya y de tantos otros. Por esto, iluminado de espíritu de profecía, previendo las grandes cosas que Dios había de realizar mediante él y su Orden y considerando su propia insuficiencia y poca virtud, clamaba y rogaba a Dios que con su piedad y omnipotencia, sin la cual nada puede la humana fragilidad, viniera a suplir, ayudar y completar lo que él por sí mismo no podía.

Messer Bernardo veía, a la luz de la lámpara, los actos de devoción de San Francisco, y, considerando con atención las palabras que decía, se sintió tocado e impulsado por el Espíritu Santo a mudar de vida. Así fue que, llegado el día, llamó a San Francisco y le dijo:

-- Hermano Francisco: he decidido en mi corazón dejar el mundo y seguirte en la forma que tú me mandes.

San Francisco, al oírle, se alegró en el espíritu y le habló así:

-- Messer Bernardo, lo que me acabáis de decir es algo tan grande y tan serio, que es necesario pedir para ello el consejo de nuestro Señor Jesucristo, rogándole tenga a bien mostrarnos su voluntad y enseñarnos cómo lo podemos llevar a efecto. Vamos, pues, los dos al obispado; allí hay un buen sacerdote, a quien pediremos diga la misa, y después permaneceremos en oración hasta la hora de tercia, rogando a Dios que, al abrir tres veces el misal, nos haga ver el camino que a Él le agrada que sigamos.

Respondió messer Bernardo que lo haría de buen grado. Así, pues, se pusieron en camino y fueron al obispado. Oída la misa y habiendo estado en oración hasta la hora de tercia, el sacerdote, a ruegos de San Francisco, tomó el misal y, haciendo la señal de la cruz, lo abrió por tres veces en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Al abrirlo la primera vez salieron las palabras que dijo Jesucristo en el Evangelio al joven que le preguntaba sobre el camino de la perfección: Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y luego ven y sígueme (Mt 11,21). La segunda vez salió lo que Cristo dijo a los apóstoles cuando los mandó a predicar: No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni calzado, ni dinero (Mt 10,9), queriendo con esto hacerles comprender que debían poner y abandonar en Dios todo cuidado de la vida y no tener otra mira que predicar el santo Evangelio. Al abrir por tercera vez el misal dieron con estas palabras de Cristo: El que quiera venir en pos de mí, renuncie a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mt 16,24). Entonces dijo San Francisco a messer Bernardo:

-- Ahí tienes el consejo que nos da Cristo. Anda, pues, y haz al pie de la letra lo que has escuchado; y bendito sea nuestro Señor Jesucristo, que se ha dignado indicarnos su camino evangélico.

En oyendo esto, fuese messer Bernardo, vendió todos sus bienes, que eran muchos, y con grande alegría distribuyó todo a los pobres, a las viudas, a los huérfanos, a los peregrinos, a los monasterios y a los hospitales. Y en todo le ayudaba, fiel y próvidamente, San Francisco.

Viendo uno, por nombre Silvestre, que San Francisco daba y hacía dar tanto dinero a los pobres, acuciado de la codicia, dijo a San Francisco:

-- No me has terminado de pagar aquellas piedras que me compraste para reparar las iglesias; ahora que tienes dinero, págamelas.

San Francisco se sorprendió de semejante avaricia, y, no queriendo altercar con él, como verdadero cumplidor del Evangelio, metió las manos en la faltriquera de messer Bernardo y, llenándolas de monedas, las hundió en la de messer Silvestre, diciéndole que, si más quisiera, más le daría.

Messer Silvestre quedó satisfecho y se fue con el dinero a casa. Pero por la noche, al recordar lo que había hecho durante el día, se arrepintió de su avaricia y se puso a pensar en el fervor de messer Bernardo y en la santidad de San Francisco; a la noche siguiente y por otras dos noches recibió de Dios esta visión: de la boca de San Francisco salía una cruz de oro, cuya parte superior llegaba hasta el cielo, mientras que los brazos se extendían del oriente al occidente. Movido por esta visión, dio, por amor de Dios, todo lo que tenía y se hizo hermano menor; y llegó en la Orden a tanta santidad y gracia, que hablaba con Dios como un amigo habla con su amigo, como lo comprobó repetidas veces San Francisco y se dirá más adelante.

Asimismo, messer Bernardo recibió de Dios tanta gracia, que con frecuencia era arrebatado en Dios durante la contemplación; y San Francisco decía de él que era digno de toda consideración y que era él quien había fundado esta Orden, porque fue el primero en abandonar el mundo sin reservarse cosa alguna, sino dándolo todo a los pobres de Cristo; él fue el iniciador de la pobreza evangélica al ofrecerse a sí mismo, despojado totalmente, en los brazos del Crucificado.

El cual sea bendecido de nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Fuente: https://www.franciscanos.org/florecillas/florecillas01.htm

 

martes, 10 de diciembre de 2024

FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO, Nº 1

 


 

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo crucificado
y de su madre la Virgen María.

Este libro contiene ciertas florecillas, milagros y ejemplos devotos del glorioso pobrecillo de Cristo messer San Francisco y de algunos de sus santos compañeros.

En alabanza de Cristo. Amén


Capítulo I
Los doce primeros compañeros de San Francisco

Primeramente se ha de considerar que el glorioso messer San Francisco, en todos los hechos de su vida, fue conforme a Cristo bendito; porque lo mismo que Cristo en el comienzo de su predicación escogió doce apóstoles, llamándolos a despreciar todo lo que es del mundo y a seguirle en la pobreza y en las demás virtudes, así San Francisco, en el comienzo de la fundación de su Orden, escogió doce compañeros que abrazaron la altísima pobreza.

Y lo mismo que uno de los doce apóstoles de Cristo, reprobado por Dios acabó por ahorcarse, así uno de los doce compañeros de San Francisco, llamado hermano Juan de Cappella, apostató y, por fin, se ahorcó. Lo cual sirve de grande ejemplo y es motivo de humildad y de temor para los elegidos, ya que pone de manifiesto que nadie puede estar seguro de perseverar hasta el fin en la gracia de Dios.

Y de la misma manera que aquellos santos apóstoles admiraron al mundo por su santidad y estuvieron llenos del Espíritu Santo, así también los santísimos compañeros de San Francisco fueron hombres de tan gran santidad, que desde el tiempo de los apóstoles no ha conocido el mundo otros tan admirables y tan santos. En efecto, alguno de ellos fue arrebatado hasta el tercer cielo, como San Pablo, y éste fue el hermano Gil; a otro, el hermano Felipe Longo, le fueron tocados los labios con una brasa, como al profeta Isaías; otro, el hermano Silvestre, hablaba con Dios como lo hace un amigo con su amigo, como lo hacía Moisés; otro volaba con la sutileza de su entendimiento hasta la luz de la sabiduría divina como el águila, o sea, Juan Evangelista, y éste fue el humildísimo hermano Bernardo, que explicaba con gran profundidad la Sagrada Escritura; otro fue santificado por Dios y canonizado en el cielo cuando aún vivía en la tierra, y éste fue el caballero de Asís hermano Rufino (1).

Y así, todos se distinguieron por singulares señales de santidad, como se irá viendo seguidamente.

fuente:  https://www.franciscanos.org/florecillas/florecillas01.htm